LA PENETRACIÓN DE SECTORES AJENOS A LA COMUNICACIÓN
EN LOS GRUPOS MEDIÁTICOS. EL CASO DEL GRUPO TELEVISA
Rosalba Mancinas Chávez
Universidad
de Sevilla
Ana Ortega Pérez
Universidad de Sevilla
Francisco
Javier Vidal Bonifaz
Universidad
Panamericana, Ciudad de México
Resumen
El
perfil de las empresas dedicadas a la prensa y al negocio de la comunicación ha
cambiado durante las últimas décadas, los grandes grupos a nivel global forman
parte de un entramado complejo en el que la comunicación es un sector más que
convive con otros sectores económicos y financieros diversos. En este artículo
exploramos la propiedad del grupo Televisa, observando el Consejo de
Administración y la composición accionarial. El objetivo es demostrar la
presencia de sectores ajenos a la comunicación en los grandes grupos de
comunicación y propiciar el debate en torno al significado que tiene para el
ejercicio del periodismo y para la comunicación esta dinámica natural del
mercado.
Palabras clave: Comunicación,
Periodismo, Estructura de la información, Industrias culturales
Abstract
Press and
communication enterprises have changed in recent decades. Large global groups
are part of a complex network in which communication is another sector that
coexists with other economic and financial areas. In this article we explore
the property of Televisa group, paying attention to the Board of Directors and
shareholder structure. The objetive is to demonstrate the presence of
non-communication sectors in the main media and promote the discussion about
the significance that this natural market dynamics has for the practice of
journalism and communication.
Keywords: Communication, journalism, Information structure,
cultural industries
1.
Introducción
La estructura de la información a nivel global se
presenta dominada por corporaciones y grupos de comunicación que en algunos
casos se encuentran dentro de conglomerados empresariales de múltiples y
diversificados sectores económicos. La dinámica de mercado funciona a través de
fusiones, alianzas y absorciones empresariales. El sector de la comunicación no
es ajeno a esta dinámica, se comporta en este sentido como una empresa más. La
cuestión es que los medios de comunicación comercian con mensajes (Labio, 2006),
forman parte definitiva de la base de la democracia al ser los garantes de la
libertad de expresión, no pueden –por tanto- funcionar como una industria más.
En este trabajo analizamos la composición
accionarial y el Consejo de Administración del Grupo Televisa con el fin de
constatar la presencia de múltiples sectores ajenos a la comunicación. Desde la
perspectiva estructural (Reig, 2007; Reig, 2015) esta presencia puede suponer
la subordinación del mensaje a intereses varios, distintos a la vocación
original de los medios, sobre todo del periodismo.
Partimos del convencimiento de que el mensaje nunca
es inocuo, siempre ejerce influencia, no sólo en los productos periodísticos o
en los informativos, los contenidos de entretenimiento también tienen una carga
ideológica (Reig, 2015) y poseen la virtud de ser más persuasivos incluso que
la información.
El sistema de mercado supone que la propiedad
privada garantiza la libertad de expresión, sin embargo, diversos estudios
(Labio, 2006; Mancinas-Chávez, 2008; Reig, 2007; Almirón, 2011) constatan que
la presencia de sectores ajenos es –entre otros- un condicionante para el
mensaje (Reig, 2015).
2.
Fundamentación teórica-conceptual
La Economía Política de la Comunicación (EPC)
estudia los medios de comunicación como entes económicos y sociales, en una
doble vertiente que los pone en la encrucijada, por un lado tienen el derecho a
crecer como empresas; por otro lado se les exige cumplir una función social y
ser los garantes de la libertad de expresión (Mancinas-Chávez, 2008).
Como hemos dicho anteriormente, en las sociedades
democráticas, las empresas mediáticas forman parte del entramado económico
financiero y se adaptan a las dinámicas del mercado. Además de las tendencias
actuales de la comunicación como la mercantilización de contenidos, la
concentración y monopolio o la intoxicación informativa a raíz del impacto del
mercado y el capital sobre los medios, se suma la interferencia de sectores
ajenos a la comunicación que actúan como referentes financieros de los medios,
logrando aun más la reducción del pluralismo informativo (Reig, 2015), el
ataque al derecho de informar y ser informado y, como contrapartida favorable a
los poderes, a garantizar la supervivencia y legitimidad del mercado, pues los
medios son articulados como vehículos constructores de discursos sociales acordes
a la filosofía mercantil que da voz a unos actores y no a otros (Bergés, 2010).
Ramón Reig (2010) sostiene que es fundamental conocer quiénes son los
accionistas y el capital extranjero que penetra en los medios, pues de esto se
alimenta la sociedad mercantil, formada por aquellos conglomerados que
“intentan establecer el orden del día en el mundo” (p.53).
En el contexto de esa Telaraña Mediática (Reig, 2010) se puede entender la información
como moneda de cambio de corporaciones que disponen de los medios como simple
dinámica de proyección en el escenario internacional y como herramientas de
defensa de un sistema que los sostiene, el sistema de mercado. En definitiva,
los medios no se configuran como agentes públicos con orientación social y
educadora, sino como sectores productivos conectados a empresas, grupos
políticos y de presión que mueven elevadas sumas de dinero.
Casualmente, esos actores son los principales
agentes de la globalización y se encuadran en los sectores motores más potentes
del mundo: telecomunicaciones, energías, construcción, industria, finanzas,
automovilismo, farmacéutica, etc. Patrick Champagne (Santos Saínz, 2003, p. 189),
los denomina media-maîtres o patronos
mediáticos: “los
grupos de prensa o las cadenas de televisión suponen para ellos buenos negocios
o excelentes instrumentos para hacer buenos negocios”.
Esto
se traduce, según la concepción de Nuria Almirón (2011) en una dependencia de
los medios a sectores marcados por el cortoplacismo y la especulación, sobre
todo si tal dependencia va hacia bancos y fondos de inversión, y provocan una
debilidad estructural en la que la prioridad es el retorno financiero y no la
calidad periodística. Almirón (2011) asegura que el centro neurálgico de toda
estructura de poder en cualquier sociedad democrática se asienta sobre dos
pilares: información y banca. A su vez, el control sobre estas dos esferas garantiza
el dominio político. Se trata, en definitiva, de lo que muchos autores como
Reig (2015), Schiller (1976), Hilferding (1985), entre otros, hablan de la
interdependencia del trinomio economía-política-medios como las estructuras
dominantes del mundo. En los años 70 del siglo pasado, Schiller (1976) advertía
que “la fusión de la fuerza económica y el control de la información [...]
llegaría a ser la quintaesencia del poder internacional y nacional”, cuatro
décadas después la afirmación sigue vigente, aún más por los efectos de la
globalización (11). Y todo ello sin olvidar que estas presencias mercantilistas
afectan a la línea editorial de los medios, influyendo en lo que se puede o no
publicar y la forma en que se puede hacer. En ello coincide Pascual Serrano
(2010, p. 15) cuando afirma que “lo de la libertad de expresión acaba cuando
aparece el dinero y los nombres propios”.
3. Contexto
mundial
Aurora Labio (2006, p. 88-108) y Ramón Reig (2007) hablan
de un dominio global por parte de un sector desarrollado sobre el resto del
planeta, denominan la Tríada al conjunto de zonas que concentran el poder económico
y, por ende, el mediático. Hablamos de Norteamérica (Estados Unidos y Canadá),
Europa y Japón, cuyas empresas controlan el mercado y la estructura
comunicacional, con especial relevancia de las corporaciones estadounidenses
(Vidal Bonifaz, 2015). La natural dinámica de competencia en el mercado se
pervierte cuándo, cómo señala Reig (2011, p. 106) se produce una mayor colaboración
que competencia entre estos grupos para ahorrar costes, favorecer alianzas que
sorteen los mecanismos legales, compartir contenido y plantilla, etc. Con todo
esto, podemos determinar que el pluralismo informativo del que tanto alardean
estos gigantes de la comunicación realmente es una quimera. Se trata más bien
del diseño de los mismos mensajes, de la misma realidad construida por las
mismas manos pero con distintos nombres. Es en
esta tríada donde se recogen los seis grandes conglomerados que dominan la
estructura de la información: Time Warner-TBS, Viacom-CBS, ABC-Disney,
Bertelsmann, News Corp., NBC-Comcast. (Reig, 2011, p. 55-56). Miège (2006) recoge las siguientes palabras de Herman
y McChesney con respecto a esta realidad:
El
mercado global de medios está dominado por unos diez conglomerados mediáticos
integrados verticalmente, la mayoría de los cuales tienen su sede en los
Estados Unidos. Otras treinta o cuarenta empresas importantes que las apoyan
completan esta reveladora posición en el sistema. Estas empresas operan en
mercados oligopólicos con barreras de entrada significativas. Compiten
firmemente de acuerdo con una base sin precios establecidos, pero su
competencia se ve suavizada no solamente por sus comunes intereses oligopolísticos,
sino también por una amplia gama de joint ventures, alianzas
estratégicas y propiedad entrecruzada entre empresas líderes (p. 158).
Japón tiene fuerte participación en este trinomio de reparto
del mundo, por la influencia en sus “dragones”, las áreas que le rodean y sobre
los que ejerce poder, especialmente a través de sus gigantes empresariales, como
Sony, Mitsubishi, Toyota o Fujitsu, entre otras muchas. Estos dragones son
Corea, Singapur, Taiwán y otros países que dependen en gran medida de Japón. Ello
le ha permitido configurar un mercado en el que asegurar la circulación de sus
productos tecnológicos y la venta de estos no solo provendrá de este nicho,
sino también del resto del mundo, ya que los dragones se encargan de la
distribución y comercialización.
Los ejemplos de penetración de sectores ajenos a la
comunicación se encuentran fácilmente en los grandes conglomerados. El
conglomerado Sony Corporation tiene un enorme mercado diversificado, además de
ser uno de los líderes en fabricación y distribución tecnológica, posee una
filial audiovisual llamada Sony Pictures Entertainment Inc., dedicado a la
producción, distribución y comercialización de cine (Columbia Pictures, TriStar
Pictures, Screem Jems); televisión (Sony Pictures Television Group, donde
destaca AXN); música (Sony Music Entertainment); estudios de animación (Sony
Pictures Studios); videojuegos (Sony Computer Entertainment). Por descontado, esta
telaraña mediática no se queda en Japón, sino que llega a América Latina (AXN y
Sony Entertainment Television); España (AXN España, AXN White); México (tiene
acuerdos con el grupo Televisa y el grupo TV Azteca, las dos industrias
mediáticas más influyentes del país); Estados Unidos (Telemundo, junto con NBC
Universal) y una larga lista (Sony, 2015).
En
Estados Unidos, hasta 2009 General Electric, conglomerado de aviación, energía,
sanidad, plásticos o electrodomésticos, tenía el 80% de la cadena de televisión
NBC junto con Vivendi Universal. Por
otra parte, General Motors, mediante su filial Hugues Electronic, participa en
Direct TV, que fuera propiedad mayoritaria
de News Corporation (Labio Bernal, 2006) hasta que fue adquirida por AT&T
en julio de 2015 (Direct TV, 2015).
En
Francia, el canal TF1 es propiedad de la constructora Bouygue; el grupo
Hachette (Quo, Diez Minutos, Elle) proviene
de Lagardère, grupo de fabricación de material militar e industrial y hasta el
año pasado, dueño de Airbus, mientras que Socpresse, con un 10% de Bouygues (L´Figaro, L´Express) pertenece a su competidor Dassault, también de la industria
militar (Dassault, 2015). También destaca Vivendi SA, anteriormente Vivendi
Universal (Canal +, StudioCanal, Universal Music Group, Vevo, Spotify, DailyMotion,
Vivendi Entertainment), proveniente de la industria del agua, energía,
transportes, gestión de residuos, etc. (Vivendi Medioambiente). En 2000 el
conglomerado francés compra el grupo de destilería canadiense Seagram (Santos
Saínz, 2003, p. 189).
En
Portugal, Media Capital está participado por el grupo mediático español Prisa
mayoritariamente y por Portquay West I BV, holding propiedad de
Miguel Pais do Amaral y Bo Nilsson,
como parte de la estrategia de venta de las filiales de Prisa (Prisa, 2015).
En
Italia, destaca el grupo Rizzolli Corriere della Sera MediaGroup (Corriere della Sera, La Gazzeta dello Sport).
En España, a través de Unidad Editorial, es propietario de El Mundo, Marca y Expansión, Telva, Yo Dona, además de negocios en
radio, televisión, Internet, etc., Rizzolli Corriere della Sera pertenece mayoritariamente
a dos familias, Rizzolli y Agnelli, esta última propietaria de Fiat. Otros
accionistas del grupo mediático italiano son Mediobanca S.p.A, la inversora
Invesco LTD, la financiera Finsoe S.p.A, China National Chemical Corporation,
el grupo bancario Intensa Sanpaolo S.p.A, entre otros empresarios individuales
(Rizzolli Corriere della Sera, 2015). No obstante, el referente italiano más
señalado es el del grupo Fininvest del expresidente y político Silvio
Berlusconi, que posee, además de supermercados y grandes almacenes (Standa,
Brianzoli), constructora (Edilnord) equipos de fútbol (AC Milan), finanzas
(Mediolanum), teatros (Teatro Mazoni) o inmobiliarias, gigantes mediáticos como
Mediaset (Canale 5, Italia 1, Rete 4, Mediaset España–Tele5, Boing, Cuatro,
Digital Plus), editoriales (Mondadori, RCS Libros) y grupos publicitarios
(Publi80, Publieurope).
En
España, la constructora Rayet ha tenido acciones en Antena 3 (ahora controlado
por el Banco Santander y el conglomerado alemán Bertelsmann); la tabacalera
Altadis ha participado en Net TV, cadena de televisión cuyo accionista
mayoritario es Vocento. La Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE)
participa en la COPE, es dueña de
Servimedia y ha estado en Telecinco,
y el grupo Telefónica es propietario de Digital Plus, antes del grupo Prisa
(Reig, 2011). Otro ejemplo es el grupo Atresmedia Corporación, participado por
Planeta de Agostini (fruto de la alianza entre los grupos Planeta y De
Agostini), el grupo italiano De Agostini (medios, inversión, gestión de
activos, gestión de fondos privados), la alemana RTL Group del grupo
Berstelmann e Imagina Media Audiovisual (Serrano, 2010; Reig, 2011).
A
su vez, el grupo Prisa está participado por el fondo de inversión americano
Liberty Acquisitions Holding Corp. (fundada por Nicolas Berggruen y Martin E.
Franklin), la banca HSBC Holding, la mexicana Grupo Herradura Occidente, Nicolas
Berggruen (dueño de la inversora Berggruen Holdings con intereses en
inmobiliarias, medios, energías renovables...), Banco Santander, Telefónica,
Caixabank, Morgan Stanley (entidad financiera), UBS (compañía de servicios
financieros), Fidelity International (gestora de inversiones), Rucandio
(Toledo, 2014), Ghanim Alhodaifi Al-Kuwairi, jeque catarí dueño de Investment
Holding Group o Ghanim Bin Saas al-Saad & Sons Group Holdings, con presencia en los sectores de la construcción, aviación, marítima,
educación, tecnología, inmobiliaria y medios, como Salam Media Cast e
International Media Group (Periodista Digital, 2015) .
Este
fenómeno no es exclusivo de la tríada, encontramos ejemplos también fuera del
contexto del mundo desarrollado. Por ejemplo, en los países árabes, cada vez
más importantes en la estructura de la información, la energía, construcción,
finanzas, hoteles o petroquímica son los sectores líderes en el ámbito de la
comunicación. Destaca el ejemplo de Kingdom Holding Company, compañía inversora
propiedad del príncipe saudí Al Walid bin Talal. Entre sus filiales sobresale
su compañía mediática Rotana Group. Otro caso es el del empresario turco Aydin
Dogan, dueño del conglomerado Dogan Holding que, además de innumerables
propiedades empresariales, posee periódicos, revistas, productoras musicales y
televisivas, plataformas digitales, distribuidoras o agencia de noticias.
En
el caso latinoamericano, el mayor exponente de penetración ajena en la
comunicación es el grupo venezolano Cisneros, muy diversificado en otros
negocios tales como medios (con Univision al frente), Cisneros Interactive
(enfocada en el desarrollo de negocios digitales para audiencias hispanas a
través de RedMas, Adsmovil, Native Ad, etc.), Cisneros Real Estate (desarrollo
de proyectos de lujo turísticos e inmobiliarios mediante Tropicalia) y
servicios y productos de consumo (laboratorios de higiene y belleza, agencia de
viaje o servicio de comunicaciones inalámbricas). Otros ejemplos son Televisa,
propiedad de la familia Azcárraga, que analizaremos con detalle en los
siguientes apartados, relacionada con los sectores de las apuestas deportivas,
casinos, telecomunicaciones, compañía discográfica, equipos deportivos o
consumo de productos o el magnate mexicano Carlos Slim, que es o ha sido
accionista de medios y grupos como The
New York Times, Televisa, Prisa, Ora TV y propietario de corporaciones y
conglomerados de telecomunicaciones, restauración y comercios, inmuebles,
petróleo e industria.
Todas estas consecuencias tienen como finalidad el
reforzamiento de la hegemonía del mercado, pues tal y como expone María Jesús
Casals (1999: 43):
Si existe un poder primero y todopoderoso en nuestro mundo de
hoy ese es el poder del mercado, la economía como discurso de lo eficaz,
racional y, por tanto, "real". Por supuesto, la comunicación y el
periodismo como ejecutor no sólo están dentro de su hegemonía sino que además
son su vehículo de propaganda y su escudo de actuación.
El ejercicio del periodismo se ve coartado por el entramado
empresarial que existe detrás. No se trata de una censura explícita ni puntual,
es más bien un acuerdo no escrito, un pacto de no agresión entre las grandes
estructuras de poder (Reig, 2011).
4. Grupo Televisa
Liderado
por Emilio Azcárraga Jean, nieto del fundador Emilio Azcárraga, el Grupo
Televisa es un claro ejemplo de penetración de sectores ajenos a la
comunicación. Es uno de los grupos más poderosos de América Latina y el más
poderoso del mundo en habla hispana. John Sinclair (1999) lo define como un
"gigante global" de la industria, por ser la gran empresa
transnacional mexicana de la industria cultural, mantiene operaciones y
presencia en muchos países del mundo en tanto exportadora y mediante
inversiones directas (Mancinas-Chávez 2007).
Como
ellos mismos declaran en su página institucional (Televisa, 2015) su estrategia
de expansión global se hace a través de alianzas y coproducciones en Asia,
Latinoamérica, Europa, África y Estados Unidos.
Hoy,
el contenido de la empresa alcanza más de 80 países alrededor del mundo y es la
primera opción de los hispanos que viven en Estados Unidos. Actualmente incluye
servicios de TV abierta, TV de paga, telefonía fija y plataformas digitales,
además de su reciente inmersión en la industria de las telecomunicaciones en
México.
En
México cubre el territorio nacional con dos señales de televisión abierta
nacional (Canal 2 y Canal 5), una señal multirregional (Canal 9) y una local
(Canal 4); 221 estaciones repetidoras a
lo largo del país, 33 canales de televisión abierta local; en televisión de
paga maneja 17 canales, muchos de ellos de producción propia como Bandamax y el
Canal de las Estrellas Latinoamérica; tiene servicios de distribución de
televisión de paga como Cablevisión, Cablemás y Sky (a través de la empresa
INOVA, propiedad de Televisa y Direct TV); ha incursionado en el negocio de las
telecomunicaciones en México y Estados Unidos con Iusacell (fue tenedor del 50%
de las acciones) y Bestel; es socio de Univisión en Estados Unidos y del Grupo
Atresmedia en España; es socio del grupo PRISA con el sistema radiofónico
Radiópolis, que en México tiene cadenas como Los 40 Principales, Bésame, Estadio
W y La Ke Buena; es líder en producción y distribución de revistas, muchas de
ellas vinculadas a los contenidos audiovisuales; Videocine es su empresa
productora y distribuidora de cine; su presencia en Internet es a través de la
web Esmas.com y su web corporativa Televisa.com; en el negocio del futbol posee
el Club América; ha entrado en el mundo de las apuestas internacionales a
través de Multijuegos y Play City Casino; maneja las licencias a través de
Televisa Consumer Products y tiene otros vínculos con asociaciones y empresas
de diversos sectores (La Rueda de la Fortuna, 2015).
4.1.Consejo de administración
Con un vistazo al Consejo de administración del Grupo
Televisa podemos encontrar 13 personas que representan 43 nombres de empresas y
en algunos casos, conglomerados industriales que incluyen varios grupos
empresariales de diversos sectores.
La complejidad que se nos presenta es inmensa, encontramos
unidos al sector de la televisión a sectores afines como las
telecomunicaciones, el cine, la industria editorial, pero también encontramos
sectores tan ajenos como la minería que figura a través de diversas empresas
como el Grupo México, Grupo BAL (que encierra otro grupo de empresas),
Fresnillo PLC e Industrias Peñoles; la banca está representada por el BBVA
Bancomer y Banamex; instituciones de estudios superiores de gran prestigio como
el ITAM y el ITESM; la firma de desarrollo inmobiliario DINE; el grupo KUO, que
engloba a otras firmas como Dynasol, FRITEC y Dacomsa; Coca-cola FEMSA e
industrias Polar, representantes de las dos grandes marcas de refrescos a nivel
mundial comparten vínculo a través del consejo de administración de Televisa; también
destaca la presencia de Heineken y Kimberly Clark; la industria de la
alimentación con el Grupo Lala y Grupo Alfa; Mexichem que maneja -entre otros-
el sector energético; Western Asset Claymore Inflation, un fondo de inversión
con intereses en industrias globales como energía, salud y finanzas.
En el siguiente cuadro, Francisco Vidal Bonifaz (2014) nos
presenta una lista detallada de los consejos de administración en los que
tienen presencia los consejeros del Grupo Televisa.
Figura 1. Consejo de administración del Grupo Televisa (2014)
Nombre |
Notas |
Emilio Fernando Azcárraga Jean |
|
Alberto Bailleres González |
|
José Antonio Vicente Fernández Carbajal |
·
Co presidente del consejo consultivo del Woodrow
Wilson Center, México Institute.
|
Claudio X. González Laporte |
|
Roberto Hernández Ramírez |
|
Enrique Krauze Kleinbort |
|
Germán Larrea Mota Velasco |
|
Michael Larson |
|
Lorenzo Alejandro Mendoza Giménez |
|
Fernando Senderos Mestre |
|
Enrique Francisco José Senior Hernández |
|
Eduardo Tricio Haro |
|
Herbert A. Allen III* |
|
*
Consejero suplente.
Fuente: Vidal Bonifaz, Francisco (2014)
“Principales consejeros de Grupo Televisa, 2014” La Rueda
de la Fortuna. http://ruedadelafortuna.com.mx/2014/05/19/principales-consejeros-de-grupo-televisa-2014/
Para el estudio del mensaje y el análisis del
discurso periodístico, conocer este entramado mediático (Reig, 2011; Serrano,
2010) es fundamental para comprender la complejidad de intereses que se
esconden detrás de los grupos de comunicación. Ante esto cabe preguntar ¿dónde
y cómo queda el periodismo? ¿Hasta qué punto son libres los periodistas del
grupo Televisa para hacer periodismo sobre temas de energía, minería,
construcción, inmobiliaria, alimentación, ecología, cambio climático, etc.?
4.2.
Accionistas
La actual organización de los accionistas del
Grupo Televisa refleja, cada vez más fielmente, las características de la gran empresa
moderna.
Alfred Chandler (1996, p. 18), el gran estudioso
de la moderna corporación industrial, había postulado que uno sus rasgos
característicos era la contratación de profesionales independientes para tomar
las riendas de la dirección ejecutiva de los consorcios, relegando a los
accionistas a un plano de vigilantes de las decisiones que tomaban:
Los directivos a sueldo, y no los propietarios, empezaron a tomar las
decisiones relacionadas con las actividades operativas corrientes y con la
inversión y el crecimiento a largo plazo. Sus decisiones determinaban la
capacidad de sus empresas, y de las industrias en las que operaban, para
competir y crecer.
Al mismo tiempo, el propio crecimiento de las
empresas y sus crecientes necesidades financieras, fueron diluyendo el peso de
las familias fundadoras, y haciendo patente la
separación entre la propiedad de la empresa y su dirección.
Al analizar el proceso de fusiones de los años
ochenta del siglo XIX en la industria de Los Estados Unidos Chandler concluye
que (1996, p. 126-129):
Un rápido recuento de la situación entre algunas
de las modernas corporaciones mediáticas modernas, nos permiten tener un
panorama de la extensión de este fenómeno:
Figura
2. Composición de la tenencia de acciones en varios grupos de medios
(porcentajes)
Empresa |
Año |
Familia fundadora |
Otros inversionistas relevantes |
Resto |
21th Century Fox |
2014 |
39.4% |
6.6% |
54% |
Axel Springer |
2013 |
59.8% |
-------- |
40.2% |
Cablevision |
2014 |
72.9% |
15.7% |
11.4% |
CBS 1/ 2/ |
2014 |
79.7% |
11.3% |
100.0% |
Comcast Corp. 2/ |
2013 |
33.33% |
8.15% |
-------- |
Dish Network |
2013 |
77.3% |
18.3% |
4.4% |
DirecTV |
2014 |
0.0% |
18.5% |
81.5% |
Gannet |
2013 |
0.0% |
13.2% |
86.8% |
New York Times |
2014 |
12.4% |
57.1% |
30.5% |
Rogers |
2014 |
9.83% |
-------- |
90.17% |
Time Warner |
2014 |
0.0% |
5.8% |
94.2% |
Walt Disney Co. |
2015 |
0.0% |
7.7% |
92.3% |
1/ Se trata de la propiedad de la familia
Redstone, que no es la fundadora de la empresa. 2/ Sólo acciones con derecho a voto. Fuente:
elaboración propia, 2015, a partir de: Twenty-First Century Fox, Inc., 2014:
27-29; Axel Springer, 2014: 9; Cablevision Systems Corp., 2014: 100-113; CBS
Corp., 2014: 15-17; Comcast Corp., 2014: 4-5; Dish Network Corp., 2013: 9-11;
DIRECTV, 2014: 80; Gannett Co., 2014: 65; The New York Times Co., 2014: 9-12;
Rogers Communications Inc., 2014: 7-8; Time Warner Inc., 2014: 31; The Walt
Disney Co., 2015: 65. |
El grado de pulverización de la presencia de las
familias fundadoras es variable, pero es un hecho que existe una tendencia
hacia la presencia de varios grupos de accionistas al interior de las grandes
empresas de medios.
A juzgar por la información prevaleciente para
2015, en Grupo Televisa la familia fundadora –los Azcárraga—mantienen un
importante paquete de acciones y el control operativo de la empresa, al mismo
tiempo que existe la presencia de aliados financieros internacionales como
accionistas.
Figura
3. Estructura del control de las acciones de Grupo Televisa, marzo de 2015
(Porcentajes)
Concepto |
Serie A |
Serie B |
Serie D |
Serie L |
Total |
Familia Azcárraga |
43.0% |
0.1% |
0.1% |
0.1% |
14.7% |
Bill Gates |
4.7% |
8.6% |
8.9% |
8.9% |
7.4% |
BlackRock |
4.3% |
7.9% |
8.3% |
8.3% |
6.9% |
First Eagle Investmet |
3.3% |
6.1% |
6.3% |
6.3% |
5.3% |
Otros |
44.7% |
77.3% |
76.4% |
76.4% |
65.7% |
Total |
100.0% |
100.0% |
100.0% |
100.0% |
100.0% |
Fuente:
Elaboración propia, con datos de Grupo Televisa, 2015: 141-142. |
La forma en que, legalmente, se estructuró el
capital de la empresa permite que los Azcárraga con apenas el 14.7% de las
acciones mantengan el control de la compañía, toda vez que detengan el paquete
más importante de acciones de la serie A, con derecho a voto.
Sin embargo, también ha sumado a su alrededor a
aliados como Bill Gates, fundador de Microsoft y una fuerza de referencia en el
mundo de los negocios internacionales.
Al mismo tiempo, se ha sumado BlackRock, la más
importante firma de administración de inversiones a escala global[1]. La firma
comenzó operaciones en 1988 bajo el patrocinio de The Blackstone Group, una
empresa estadounidense de inversiones privadas y banca de inversión fundada por
ex ejecutivos de Lehman Brothers, Kuhn y Loeb. Grupo Televisa, así, logra una
conexión directa con el moderno mundo del manejo global de inversiones.
En esa misma dirección se inscribe la
participación de First Eagle Investmet, otra firma de manejo de inversiones
estadounidense, pero que está enfocada a la gestión de fondos de inversión.
Completa el cuadro de las relaciones globales de
la empresa, su entrelazamiento con otras firmas administradoras de inversiones
y de fondos de pensiones, que retienen porcentajes menores de las acciones del
conglomerado mexicano de medios.
En el mercado financiero mexicano, la circulación
de acciones de Grupo Televisa en la bolsa local, le ha permitido afincar sus
relaciones con algunos de sus principales aliados internos.
Hasta agosto de 2015 y de acuerdo con información
del servicio electrónico Prosuma (s/f), el 61.34% de las acciones en poder de
los fondos de inversión locales, estaban en manos de los que administra el
Grupo Financiero Banamex (s/f), el brazo local del consorcio estadounidense
Citibank y en el que tiene presencia Roberto Hernández Ramírez –es presidente
honorario de su consejo— personaje que también es consejero en Grupo Televisa.
Por su parte Emilio Azcárraga también figura como miembro del consejo del Grupo
Financiero Banamex.
La colocación de acciones en la bolsa de valores,
que data de 1991 en el mercado local y de 1993 en la bolsa de Nueva York, le ha
permitido a la empresa ampliar sus relaciones en el ámbito internacional.
Además de Gates, BlackRock y First Eagle
Investmet, existen otras varias instituciones financieras internacionales que
poseen acciones de la empresa mexicana –ninguna rebasa el 5% del total del
capital--, tanto como posición de inversión propia, como la que administran
mediante fondos de inversión. Estas diversas posiciones se resumen en la figura
3:
Figura
4. Instituciones financieras en posesión de acciones de Grupo Televisa junio de
2015
Agente |
Tipo |
CPO’s * |
Valor (millones) |
Arnhold & S. Bleichroeder Advisers |
Institucional |
32,462,479 |
1,260.2 |
Artisan Partners |
Institucional |
28,066,132 |
1,089.5 |
|
Fondos |
17,760,536 |
686.4 |
Dodge & Cox |
Institucional |
24,474,592 |
950.1 |
|
Fondos 1/ |
22,708,692 |
749.6 |
OppenheimerFunds |
Institucional |
23,419,271 |
909.1 |
|
Fondos 2/ |
15,751,416 |
596.2 |
Invesco Advisers |
Institucional |
13,463,711 |
522.7 |
|
Fondos 3/ |
3,783,104 |
131.9 |
J.P. Morgan Chase |
Institucional |
8,046,549 |
312.4 |
Vontobel Asset Management |
Institucional |
11,238,978 |
438.3 |
Fidelity Management and Research Company |
Institucional |
7,029,671 |
272.9 |
Morgan Stanley |
Institucional |
9,231,250 |
358.4 |
Virtus
Investment Partners |
Fondos 1/ |
2,854,491 |
94.2 |
* Certificados de Participación Ordinarios
(CPO’s), representan 25 acciones serie A, 22 acciones serie B, 35 acciones
serie D y 35 acciones serie L. Los extranjeros poseedores de los CPO’s no
tienen derecho a voto (Grupo Televisa, 2015, p. 144). 1/ a marzo, 2/ a mayo, 3/ a julio. Fuente: elaboración
propia (2015) con información de AIM International Mutual Funds (Invesco
International Mutual Funds), 2015; Artisan Partners Fund, Inc., 2015; Artisan
Partners Limited Partnership, 2015; Dodge & Cox, 2015; Dodge & Cox
Funds, 2105; FMR LLC, 2015; Invesco Ltd., 2105; JPMorgan Chase & Co.,
2015; Morgan Stanley, 2015; Morningstar, s/f; Oppenheimer Developing Markets
Fund, 2015; Oppenheimer Funds Inc., 2015; Virtus Insight Trust, 2015;
Vontobel Asset Management Inc., 2015. |
Al menos desde 2001 la constitución básica de los
accionistas más importantes del Grupo Televisa, ha estado constituido por el
círculo de control, que gira alrededor de las familias Azcárraga Milmo y
Azcárraga Jean y por las diversas administradoras internacionales de fondos, las
que controlan paquetes de acciones —alrededor del 5% del capital de la empresa
mediática— y que, en términos generales, tienen su base en los Estados Unidos.
A esta agrupación básica se sumó, a partir de
2003 Bill Gates, que ese año compra un paquete de acciones (4.03%) a nombre
propio, de su fundación y de la empresa por la que canaliza algunas inversiones
–Cascade Investment—data de 2003 (Grupo
Televisa SA, 2003). A partir de entonces la presencia de Gates ha sido
ininterrumpida.
A la actual estructura precedió un periodo de
transición que se extendió desde 2004 hasta 2010 y que implicó que se sumaran
como importantes accionistas de la empresa Carlos Slim —por medio de su brazo
de inversiones Promotora Inbursa— que adquirió ese año el 6.33% y de representantes
de las familias Aramburuzabala y Fernández, estas dos últimas, en ese entonces,
accionistas relevantes de la empresa cervecera Grupo Modelo, que adquirió otro
5.15% de las acciones totales.
En el informe anual correspondiente a 2005 (Grupo
Televisa, 2006, p. 21-22), se informa de la situación de la siguiente forma:
Hasta marzo de 2004, el accionista controlador de
Televisa era Televicentro, sociedad que actualmente tiene su participación a
través del Fideicomiso de Control. El capital social de Televicentro es
propiedad de los siguientes
fideicomisos: un fideicomiso cuyo beneficiario es el señor Emilio
Azcárraga Jean, el Fideicomiso Azcárraga; un fideicomiso cuyo beneficiario es
Promotora Inbursa, el Fideicomiso Inbursa; y las familias Aramburuzabala y
Fernández.
Slim y sus nuevos socios, a la postre pasajeros,
ayudaron a la familia Azcárraga Jean a consolidar el control de la compañía
después de una etapa de reacomodos en el grupo de control que se extendió a
partir de 1997, año de la muerte de Emilio Azcárraga Milmo –El Tigre— hijo del
fundador de la dinastía familiar.
5. Consideraciones finales
El
Grupo Televisa es un ejemplo de la forma en que se entremezclan diferentes
intereses económicos y políticos en las estructuras de control de los grupos
mediáticos. En algunas ocasiones, estos intereses son totalmente ajenos a la
actividad de los medios de comunicación.
Incluso
existen caso extremos, como hemos visto, en donde las familias fundadoras ya no
poseen acciones en el consorcio que originaron –el caso de The Walt Disney
Company—y el capital se encuentra diseminado entre varios grupos de intereses.
Pese a todo, este no es una excepción, más bien está marcando una ruta que
–tarde o temprano—sucederá con los principales grupos de medios.
En
el caso de la familia Azcárraga y Televisa esta tendencia se ha corroborado a
lo largo del tiempo. Así, de un control prácticamente absoluto del consorcio
por parte de las familias Azcárraga, O’Farrill y Alemán, que se originó a
mediados de los años cincuenta del siglo pasado, en la actualidad una benigna
legislación mexicana permite que los Azcárraga controlen la empresa con la
posesión de solamente el 14.7% de las acciones totales. Los O’Farril y los Alemán abandonaron la empresa desde hace años.
La
intromisión de diversos intereses tiene un origen multicausal. Se trata de la
necesidad de agrupar a capitales diversos para poder sobrevivir en un mundo
dominado por grandes consorcios; las familias fundadoras son poco a poco
rebasadas por la dinámica de crecimiento de la propia empresa, que se expresa
en alianzas, fusiones y todo tipo de acuerdos para competir y crecer.
En
la actualidad, cuando se han concentrado enormes masas de ahorros en manos de
algunas grandes administradoras –como las ya citadas BlackRock y First Eagle
Investmet--, las empresas de medios de comunicación –especialmente—las que
cotizan en las bolsas, se convierten en puerto de llegada para eso tipo de
inversiones que sólo buscan una rentabilidad creciente, el corte trimestral de
cupón, sin importarles mucho la forma en que este se obtiene.
Así,
una masa de diversos intereses –ajenos a la producción de contenidos—ganan, paulatinamente, un papel más importante como
accionistas y, por ende, consejeros, en las empresas que se encargan de
reproducir la mentalidad colectiva, el imaginario colectivo.
¿En
manos de quién está el mensaje? La pregunta es cada vez más pertinente, en la
medida que los contenidos que se diseminan entre las audiencias están,
potencialmente, cada vez más contaminados por intereses, tejemanejes
empresariales y búsquedas de beneficios y rentabilidad a costa de limitar el
escenario político y el acceso a una información variada y de calidad. En palabras
de Ignacio Ramonet (2005, p. 11), la inseguridad informativa acecha a la
sociedad hipermediatizada porque hay información, pero sin ninguna fiabilidad.
Las palabras de Pascual Serrano (2010, p. 23) nos permiten cerrar
categóricamente:
Basta con observar quiénes están detrás para llegar
a una conclusión evidente, sólo puede haber una línea ideológica: la de la
defensa del mercado y el silenciamiento o ataque a cualquier ideología que
defienda cambios en las estructuras económicas dominantes.
Estos datos, relativamente conocidos en el ámbito
interno de la academia, normalmente son desconocidos por la amplia mayoría. Se
sospecha que los medios de comunicación obedecen a intereses de poder más allá
del mensaje pero la duda recae sobre el dominio del poder político, no existe
conciencia de la complejidad y entramado que hay detrás de las empresas
privadas, que lleva muchas veces a un condicionamiento mayor incluso que en las
empresas del sector público. Las conclusiones a las que hemos llegado pueden
servir de punto de partida para hacer análisis del discurso y comprobar la
influencia de estas estructuras en los contenidos.
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[1] El sitio de internet Investment & Pensions Europe contabiliza que BlackRock manejaba, al finalizar 2014, activos por 3.8 billones de euros. (Kennedy, 2015). Billones en notación latina.