Introducción
Desde una perspectiva metodológica cualitativa, este trabajo analiza la mediación socioprofesional en el proceso de producción periodística en torno a la actualización del modelo económico cubano en el diario Juventud Rebelde, el segundo periódico de mayor importancia en el país.1
Aunque el interés por la producción de los medios cubanos ha provocado a numerosos investigadores, el contexto de reformas estructurales que ha atravesado el país configura un escenario particularmente interesante para un análisis que parta de esta perspectiva, máxime cuando distintos agentes le han reclamado a los medios la responsabilidad de referenciar el cambio.
La actualización del modelo económico cubano es un proceso complejo y transversal a toda la sociedad, cuyos pasos iniciales podrían situarse en el año 2011 con la aprobación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución. Se trata de modificaciones al modelo de desarrollo económico socialista cubano caracterizado por “1. Protagonismo estatal en la economía. 2. Regulación y Dirección de la economía, donde el PLAN juega un papel importante. 3. Liderazgo y protagonismo político. 4. Mantención de los logros sociales alcanzados. 5. Marco ideológico basado en el tipo de relación Cuba- USA” (Everleny, 2011).
La institucionalidad política cubana define la Actualización (“Conceptualización del Modelo Económico...”, 2017, pp. 50-51) como “proceso de diseño e implementación de las transformaciones necesarias para adecuarnos de forma continua a las nuevas circunstancias y avanzar con visión de futuro” y lo reconoce como “una necesidad para lograr la continuidad e irreversibilidad de la construcción del socialismo en Cuba”.
En este orden de cosas, aunque se ha reclamado para los medios un papel activo en la referencia de los cambios podría decirse que en la Isla las instituciones políticas ejercen un poder definitivo e incorporado a los procedimientos de las organizaciones periodísticas que podría intervenir negativamente en la producción mediática sobre la actualización del modelo económico cubano. Esta es una de las razones que le otorgan actualidad y pertinencia a este trabajo, pero también el acercamiento a un fenómeno único por la multiplicidad de articulaciones presentes en el proceso a través de la integración de presupuestos teórico-conceptuales provenientes de distintos ámbitos: el área de estudio de la mediación enmarcada en los procesos comunicativos y el ámbito de la sociología de la producción de noticias, entre otras propuestas.
En este sentido podría decirse que la apuesta teórico-metodológica y las conclusiones a las que se arriba en este artículo resultan relevantes para un examen del modo en que la prensa ha atendido al proceso histórico de actualización del modelo económico cubano.2
El trabajo parte de la delimitación de los distintos presupuestos teórico-conceptuales que sustentan la categoría de análisis. Más adelante se alude a la metodología asumida en la aproximación al objeto de estudio. Posteriormente, se referirán los resultados de la indagación y, finalmente, se exponen las conclusiones.
En este artículo se concluye que el proceso de producción periodística en Juventud Rebelde sobre la actualización del modelo económico cubano se encuentra condicionado por la ubicación estructural del periódico en el entramado mediático, la aún insuficiente formación y desarrollo del capital humano y las limitaciones de recursos. Ello impide el alcance de lo deseable para el periodismo en el contexto de transformaciones en el país.
La mediación socioprofesional como opción teórica para el análisis de la producción periodística
El concepto mediaciones ha sido asumido por diversos investigadores en el campo de estudio de la comunicación (Martín Serrano, 2008; Martín Serrano, 2009; Martín Barbero, 1987, 1998; Sánchez Ruiz, 1991; Orozco, 1996; Gámez, 2007). Desde el punto de vista de los autores de este texto es posible establecer una integración entre las aportaciones en torno al concepto de mediaciones y las propuestas teórico-conceptuales del área de estudio de la Sociología de la Producción de Noticias.
Si bien existe una variedad de aportaciones asociadas al concepto de mediaciones que incluye propuestas centradas en el examen de la relación entre las lógicas productivas y las de los usos (Martín Barbero, 1998, 1987); o en el análisis solamente de la instancia de la recepción (Orozco, 1996), es posible encontrar también conceptualizaciones que podrían tributar a una comprensión de las condiciones en las cuales se dan los procesos de producción comunicativa (Martín Serrano, 2008, 2009; Sánchez Ruiz, 1991). De igual manera desde el área de estudio de la Sociología de la Producción de Noticias se ha hecho énfasis en el modo en el que el mensaje periodístico se encuentra atravesado por un proceso de mediatización desde distintos niveles (Shoemaker y Reese, 1994). Tanto desde uno como otro ámbito existen pistas para proponer una integración entre sus aportaciones.
Para un autor como Manuel Martín Serrano (2008, p. 76) la mediación puede ser entendida como “la actividad que impone límites a lo que puede ser dicho, y a la manera de decirlo, por medio de un sistema de orden”. Desde su punto de vista puede hablarse de dos tipos de mediaciones: aquella que opera sobre el conflicto entre los cambios en el acontecer y la reproducción de normas (mediación cognitiva) y la que se manifiesta en la tensión entre la apertura mediática a lo imprevisto y la conformación de una forma comunicativa (mediación estructural) (Martín Serrano, 2009, p. 172-173). Una crítica importante a este autor tiene que ver con la dificultad para explicar el cambio social desde su concepto de mediación y su énfasis en el modo en que se reproduce el sistema (Gámez, 2007).
Por su parte, Enrique Sánchez Ruiz (1991) ha destacado que la mediación es una conexión causal la cual puede observarse cuando “en virtud del contacto en una zona de articulación, un proceso social es influido, por otro(s), cambiando o reforzando el flujo de acontecimientos” (p. 38). Se ha resaltado en este autor la relación que establece entre este concepto y el de “zona de articulación” (Gámez, 2005).
Desde el reconocimiento de la historia de este concepto en el campo de la comunicación y de propuestas teóricas como las de Anthony Giddens (1995), Pierre Bourdieu (1990), entre otros, con posibilidades de dotarlo de un mayor potencial heurístico, se ha entendido también a la mediación como
un proceso estructurante que resulta de la interrelación de los actores, agentes, procesos y prácticas comunicativas con distintas instancias (estructuras) y procesos sociales. Como proceso estructurante dicho encuentro pone en juego constricciones y habilitaciones que condicionan, configuran y otorgan sentido a la comunicación (Gámez, 2007, pp. 208-209).
En el caso específico de la investigación en la que se ampara este trabajo se definió a la mediación como el proceso desde el cual se delimita y configura el carácter conflictual, negociado y complejo de la comunicación, a partir de la interrelación entre actores, prácticas y estructuras. El concepto de mediaciones permite dar cuenta de la articulación de elementos constitutivos del proceso comunicativo que pueden ser separados con un objetivo metodológico para su análisis pero que se encuentran inextricablemente relacionados. Este es un valor importante que sustenta la atención al concepto de mediaciones para el estudio de la producción informativa.
La mediación socioprofesional (Lima, 2010) en el proceso de producción periodística específicamente refiere la integración de condiciones extramediáticas, organizacionales e individuales en las operaciones de producción informativa en medios de prensa específicos. En este texto se hace alusión a dos componentes particulares de la mediación: sociopolítico y profesional.
El componente sociopolítico3 de la mediación se constituye en un espacio donde confluyen instancias, procesos sociales y regulaciones de carácter externo a los medios que intervienen en la producción, reproducción o subversión de un orden histórico-social determinado. En este sentido, se puede resaltar como una dimensión relevante la ubicación estructural de instituciones periodísticas específicas en un ordenamiento mediático y político particular (González, 2012). Desde esta se da su relación con agentes externos a la producción informativa.4
No obstante, al interior de los medios de prensa se experimentan otros procesos influyentes en sus contenidos. El componente sociopolítico de la mediación mantiene una integración dialéctica con factores profesionales y de organización de la producción periodística que inciden en la construcción que sobre la realidad proponen los medios de comunicación.
No solo las leyes, políticas y directrices provenientes de sistemas externos a la organización periodística condicionan la cobertura de acontecimientos. También influyen en el mensaje las dinámicas productivas que desde lo profesional se verifican en los medios y los supuestos, valores e ideologías sedimentados en los sujetos. Se ha hecho énfasis en este sentido en una serie de aspectos que tipifican el trabajo periodístico: las rutinas productivas, en las cuales intervienen dispositivos de determinación y control del trabajo periodístico (Tuchman, 1983; Fishman, 1983; Fishman, 1997; Shoemaker & Reese, 1994; Martini, & Luchessi, 2004); la recolección, selección de información y edición de noticias como procesos en los cuales operan imperativos noticiables (Galtung & Ruge, 1970; Schwarz, 2010; Martini, 2000; Shoemaker & Reese, 1994); supuestos profesionales constitutivos de la cultura periodística (Johnstone, Slawski & Bowman, 1972; Weaver & Wilhoit, 1986; Weaver & Wilhoit, 1996; Weaver, Beam, Brownlee, Voakes, & Wilhoit, 2007; Hanitzsch, et al. 2011; Weaver & Willnat, 2012; Shoemaker & Reese, 1994), entre otros elementos.
En esta investigación se atendió a las siguientes formulaciones para dar cuenta de la mediación socioprofesional en la producción de noticias a partir de la revisión de la literatura anterior y de aportaciones situadas en el contexto cubano (Somohano, 2013; González, 2012): a) ubicación estructural de la publicación en el ordenamiento mediático y político, b) dispositivos de determinación y control del trabajo periodístico, c) extensión operativa de los imperativos noticiables de la publicación y d) supuestos profesionales rectores del trabajo periodístico. Sobre sus definiciones se volverá más adelante.
Los aspectos mencionados refuerzan la idea de que en los medios, en tanto instituciones socialmente legitimadas, no se refleja, reproduce o registra fielmente la realidad, sino se estructura o construye a través de procesos burocráticos y rutinarios (Tuchman, 1983; Fishman, 1997; González Molina, 1988; De León, 2003) en los que intervienen agentes e instituciones con cierto grado de especificidad ocupacional. En ese sentido podría decirse que el énfasis en la mediación socioprofesional implica dar cuenta de este entramado de condicionantes intervinientes sobre los procesos de producción informativa.
Metodología
En la investigación que sustenta este artículo se partió de la siguiente pregunta general: ¿qué caracteriza la mediación socioprofesional en el proceso de producción periodística sobre la actualización del modelo económico cubano en Juventud Rebelde?
A partir de aportaciones anteriores (Martín Serrano, 2008; Martín Serrano, 2009; Sánchez Ruiz, 1991; Gámez, 2007; Lima, 2010) se definió a la mediación socioprofesional en la producción periodística, como el proceso desde el cual se delimita y configura el carácter conflictual, negociado y complejo de la producción informativa a partir de la interrelación entre la condición ético-ocupacional del ejercicio del periodismo, las tipicidades de las organizaciones comunicativas y las estructuras socio-económicas, políticas y mediáticas en las que se inscriben. En el proceso intervienen distintos agentes y a partir de él se genera la determinación, selección, jerarquización y presentación de la información por parte de los medios de comunicación.
En torno a esta categoría se definieron las siguientes dimensiones:
Ubicación estructural de la publicación en el ordenamiento mediático y político (González, 2012): relación con otras publicaciones e intereses que representa en el entramado mediático y político cubano. Esta dimensión da cuenta también de los vínculos y tensiones con agentes externos, a partir de sus posiciones delimitadas en el contexto político y mediático nacional.
Dispositivos de determinación y control del trabajo periodístico (Somohano, 2013): instancias y procedimientos destinados a enmarcar el proceso de aproximación mediática al acontecer público según las exigencias particulares de los medios de prensa.
Extensión operativa de los imperativos noticiables de la publicación (Somohano, 2013): orientación del proceso productivo a partir de los lineamientos y prioridades editoriales de los medios de prensa.
Supuestos profesionales rectores del trabajo periodístico: autopercepciones, valores y conocimientos aplicados por los profesionales al ejercicio de la profesión. Estos son reconocibles en las estrategias y procedimientos de la producción en los medios.
La investigación se realizó con el periódico Juventud Rebelde. Este fue creado en la década de 1960 y resulta pertinente para el estudio por ser un medio con una ubicación estructural relevante en el sistema de prensa cubano. Es el segundo periódico de mayor importancia en el país5 pero se destaca, dentro de los límites de la prensa oficial, por una presumible mirada cuestionadora en torno a la realidad de la Isla. Su circulación abarca todo el país, como los periódicos Granma y Trabajadores, y es el único periódico cubano de alcance nacional con edición los domingos. Posee una frecuencia de martes a viernes, con una tirada de 200 mil ejemplares. También aparece los domingos con 250 mil ejemplares. Semejante circunstancia presupone erigirse como plataforma privilegiada en el registro de los acontecimientos y con clara presencia en los públicos lectores. La frecuencia diaria, exclusiva de Granma y Juventud Rebelde entre los medios impresos, resulta cardinal en la orientación de los flujos informativos sobre los cambios del modelo económico operados desde el sistema político, e incide en el proceso de producción periodística.
Juventud Rebelde se subordina a una organización política con intereses y acciones específicas, pero coincidentes y sometidas a las orientaciones del gobernante Partido Comunista de Cuba, único permitido en el país y “la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado” (Constitución de la República de Cuba, 2019, p. 2). Se proclama como órgano oficial de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Al respecto, la directora del medio en el momento de realizarse la investigación (Directora, comunicación personal, mayo de 2014) coincidió con el jefe de corresponsales en señalar que la UJC “es nuestro organismo de relación, [y] tampoco está inspirada solamente en sus militantes, sino en todos los jóvenes. Ahí hay una coherencia entre los objetivos de la UJC como organización y los del periódico como medio” (Jefe de corresponsales, comunicación personal, mayo de 2014). En la práctica, esta supeditación no solo es política y editorial, también se expresa en que el diario es una unidad presupuestada y subordinada económicamente al Comité Nacional de la UJC.
Durante la investigación se asumió una perspectiva cualitativa. Se recurrió a las técnicas de la entrevista en profundidad, el grupo de discusión y la observación participante.
En esta investigación en particular la entrevista en profundidad resultó útil para caracterizar el proceso de producción periodística desde las consideraciones particulares de los agentes de la organización. Fueron concebidas varias preguntas previamente en las cuales se atendía a las cuatro dimensiones centrales en el proceso indagatorio. No obstante, en el desarrollo del intercambio con los entrevistados emergieron otras interrogantes no concebidas con anterioridad.
El grupo de discusión permitió el intercambio entre los profesionales de Juventud Rebelde, el debate y el conocimiento de la diversidad de opiniones y posturas en torno a la práctica del periodismo que realizan, y cómo interactúan con los factores organizacionales y los agentes reguladores del medio. Para ello también se concibió una guía previa al momento de desarrollarse el grupo de discusión, centrada en los aspectos mencionados.
Por otro lado, mediante la observación se completaron los datos proporcionados por las entrevistas y el grupo de discusión, considerando que la influencia del contexto en la redacción de Juventud Rebelde es una condición fundamental que se integra a la mediación socioprofesional del proceso de producción de noticias. La observación de las dinámicas productivas se realizó durante tres meses, logrando acceso a reuniones editoriales, coberturas en el terreno, cierres de edición y otras actividades internas del medio.
Para arribar a estos resultados además de las notas de campo y el registro del grupo de discusión en el que intervinieron seis periodistas, se analizaron 16 entrevistas a profesionales del periódico seleccionados atendiendo a dos criterios:
Roles asumidos en el proceso productivo. En consecuencia, se entrevistó a la directora, a subdirectores, al jefe de información y al jefe de corresponsales. Los periodistas restantes se escogieron atendiendo también al siguiente criterio.6
Incursión en temas asociados a la actualización del modelo económico cubano. Entre estos temas pueden mencionarse: el sistema empresarial, la cooperativización, los proyectos de desarrollo local en distintos territorios del país, las políticas monetaria, cambiaria y fiscal (otorgamiento de créditos, unificación monetaria y cambios en el sistema tributario), política de precios y subsidios, sustitución de importaciones y diversificación de exportaciones, inversión extranjera y acceso a tecnologías, cumplimiento de contratos, ciencia, tecnología e innovación aplicadas al desarrollo sostenible de la economía nacional, política social de la Revolución, ampliación del sector privado en la economía, empleo y salarios, política agroindustrial, entre otros.
Resultados
Condicionamiento de la ubicación estructural del diario dentro del ordenamiento mediático y político
Como sucede en las organizaciones periodísticas oficiales inscritas en el sistema de prensa cubano, pese a sus distinciones, la producción informativa del diario Juventud Rebelde se encuentra mediada por un marco sociopolítico y una ubicación estructural específica, expresada en una subordinación editorial al Departamento Ideológico del Comité Central del Partido. Este marco general en el cual se ubica Juventud Rebelde ha sido tratado por la literatura anterior en referencia a la asunción en el país del viejo modelo soviético en la dirección de la prensa y en la configuración del sistema de medios, es decir, en la concepción de la posición política frente a los medios y la constitución del orden estructural del sistema (García, 2013; Somohano, 2013; Geoffray y Chaguaceda, 2014; Machado, 2015; Salazar, 2017; Arencibia, 2017; Padilla, Ramírez y Corcho, 2017).
En el caso específico de Juventud Rebelde puede decirse que es, junto con Granma, uno de los dos únicos impresos nacionales con frecuencia diaria y se asocia comúnmente a los intereses de la Unión de Jóvenes Comunistas. Posee una amplia tirada y se ubica en el entramado mediático cubano como uno de los espacios principales de difusión y estructuración simbólica de la ciudadanía en torno al proyecto revolucionario. Es una publicación generalista, por lo que su aproximación informativa a varios temas de referencia, entre ellos la actualización del modelo económico, trasciende los asuntos de interés exclusivamente juvenil.
En la investigación, aunque se constata el protagonismo mayor del Partido Comunista de Cuba en la regulación comunicativa, se evidencia también que la UJC incide sobre el medio a través de la asistencia de representantes de Juventud Rebelde a reuniones de la organización política, la trasmisión de determinadas demandas informativas al medio, y la aprobación de sus líneas editoriales por parte del Buró Nacional de la UJC. Además, la organización política mantiene relaciones frecuentes mediante espacios específicos de intervención, como la presencia de dirigentes de esta en encuentros internos del periódico. Todo ello ha sido documentado previamente (Somohano, 2013). Sin embargo, no es posible aseverar que en el abordaje de la actualización del modelo económico cubano durante el desarrollo de la investigación la UJC tuviera particular incidencia.
Trascendiendo subordinaciones institucionales (explícitas o no), resulta necesario atender a una característica esencial en la configuración de las dinámicas internas de Juventud Rebelde en tanto organización, atinente a la economía de los medios. El diario es una unidad presupuestada
cuya supeditación económica al Comité Nacional de la UJC no nos permite una independencia. Todos nuestros planes y proyectos económicos tienen que estar aprobados por el departamento de economía del Comité Nacional de la UJC (Subdirector 1, entrevista personal, mayo de 2014).
La subordinación a la estructura económica de una instancia externa es un rasgo de la producción comunicativa nacional en el ámbito de los medios oficiales y asunto ineludible en la configuración de un nuevo modelo de prensa, que debe asumirse como un obstáculo a la posibilidad del control social sobre los medios.
Durante los consejos de redacción en los que se pudo realizar la observación, se hizo evidente que la revisión exhaustiva de lo publicado por el diario Granma constituía un procedimiento habitual en estas reuniones, donde aspectos como la exclusividad de la información, la amplitud o profundidad en el tratamiento del hecho y la novedad del diseño visual, funcionaban como indicadores comparativos entre ambas organizaciones mediáticas y se articulaban en la percepción de éxito/fracaso que sobre su gestión editorial tienen los profesionales de Juventud Rebelde.
Esto podría interpretarse como un signo revelador sobre la posición que ocupa Juventud Rebelde en el sistema de medios y su ubicación respecto a Granma. En tal sentido, tanto en los consejos de dirección como en otros espacios más o menos formales, se manifestaba inconformidad hacia procedimientos habituales de las autoridades políticas para difundir información relevante sobre el proceso de cambios y perfeccionamiento del modelo socioeconómico cubano. Los profesionales de Juventud Rebelde percibían que Granma tenía privilegios de acceso a fuentes sobre la actualización.
En principio, parecía existir un orden de jerarquía mediática que privilegiaba a Granma sobre Juventud Rebelde y otros medios de alcance nacional en la divulgación de lo relativo a la actualización del modelo económico cubano. Esta idea se replicaba en la mayoría de los profesionales estudiados y pendía sobre sus estrategias editoriales y el proceso de producción periodística en tanto conseguían o no informaciones exclusivas, o eran rechazados por fuentes institucionales en favor del órgano oficial del Partido Comunista.
Podemos colegir que, en lo concerniente a esta etapa de cambios, la posición estructural de Juventud Rebelde lo habilitaba como una institución mediática encargada por el sistema político para acompañar el proceso, con las limitaciones de crítica a las decisiones y líneas oficiales que esto comprende en el marco configurado por el contexto socio-histórico nacional.
Esto se expresaba mediante la orientación, en ocasiones indirecta, a través de la proposición de trabajos específicos en los espacios de contacto que mantenía la estructura política con el medio; la convocatoria a conferencias de prensa para satisfacer la demanda de difusión de las instituciones y ministerios; la publicación íntegra de materiales referidos a las transformaciones, provenientes de instancias externas al medio (reseñas de reuniones del Consejo de Ministros, enunciación de medidas o discursos de los principales dirigentes); y, en la revisión y censura de productos periodísticos atinentes al tema.
Dispositivos de determinación y control del trabajo periodístico y extensión operativa de los imperativos noticiables
Los dispositivos de determinación y control asociados al proceso de producción periodística sobre los cambios en el modelo cubano, por lo general, se articulaban con la rutina habitual del medio. En el camino que delimita la producción periodística de Juventud Rebelde es preciso asistir a un momento básico para la dinámica de la organización mediática: el trazado de los objetivos editoriales. Estos “se elaboran sobre las indicaciones que emiten el Departamento Ideológico del Comité Central [del Partido Comunista de Cuba] y […] las prioridades que emite el Buró Nacional de la UJC” (Subdirector 2, entrevista personal, mayo de 2014).
En el período que se analiza se hizo evidente otro dispositivo de diagnóstico del trabajo de los principales medios del país, y específicamente de la cobertura del proceso de actualización del modelo económico, en tanto imperativo de la sociedad cubana. Este era el contacto semanal y directo entre los directores de medios, la presidencia de la Unión de Periodistas de Cuba y los funcionarios del Departamento Ideológico que atendían a la prensa. Allí se difundía información, se evaluaba lo que se había publicado según estudios del Centro de Información para la Prensa y se actualizaban las necesidades de divulgación más importantes. La evaluación se asumía como un diagnóstico de la consecución en la práctica de los objetivos editoriales trazados y de las indicaciones precisas para ese periodo, y se sustentaba generalmente en criterios cualitativos en relación con la variedad de géneros trabajados, los temas, y la intencionalidad dada.
Según los directivos de Juventud Rebelde, las orientaciones y los juicios ventilados en la reunión con el Partido Comunista de Cuba luego se socializaban en los consejos de redacción que se efectuaban diariamente en el periódico, un espacio fundamental para la determinación, control y evaluación de lo publicado, donde se delimitaban las prioridades del trabajo que muchas veces tenían que ver con temas referidos a la actualización del modelo económico y social.
Aunque algunos entrevistados presuponían y daban por sentado que todos los trabajos periodísticos sobre temas de la actualización eran revisados por agentes externos al medio, otros -sobre todo en la dirección del medio- aseguraban que esto había disminuido sustancialmente y que en su evaluación intervenía en esencia la estructura editorial del periódico, a diferencia de cuando inició la actualización del modelo y se controlaba la cobertura del proceso mediante un sistema de revisión que involucraba al Departamento Ideológico y la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.7
Aunque prácticas semejantes no se verificaron durante el periodo de observación, la influencia de lo ocurrido entonces se evidencia en ciertas posturas de los periodistas estudiados. Algunos profesionales recuerdan los procedimientos de control aplicados externamente a los medios en el inicio del proceso de actualización, como un factor de cohibición para los periodistas y que provocaron en ellos cierto agobio. En este sentido, durante la inserción en el periódico se constató la resistencia a trabajar temas que no hubiesen sido propuestos por la dirección o no proviniesen de una aproximación institucional al medio, alegando que resultaría un esfuerzo vano porque serían rechazados en su evaluación.
Es entonces cuando el componente sociopolítico de la mediación se expresa con claridad como elemento transversal a toda la producción periodística. No resulta estrictamente indispensable que las instituciones políticas mantengan en todo momento y bajo toda condición un punto de control ostensible sobre el flujo de información en las organizaciones de medios.
Otro dispositivo de determinación relevante para garantizar el cumplimiento de la política del Partido en el ámbito mediático se ubica en que los directores de las organizaciones de prensa resultan cuadros del Partido Comunista de Cuba y, por lo tanto, responden a sus intereses. Al respecto, uno de los directivos entrevistados reflexionaba:
¿Cuál es el mecanismo de control más eficaz? Pues que la persona que tu designes [...], el director, que es en definitiva quien toma todas las decisiones fundamentales, lo que se publica o no, es [...] aprobada por el Buró Político del Comité Central del Partido” (Subdirector 2, comunicación personal, mayo de 2014).
Este directivo mencionaba algunos tópicos o coyunturas asociados a la actualización en las cuales se presuponía una clara regulación externa. Por ejemplo, la revisión de todo lo relativo a las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, o cuando se publicaban trabajos preelaborados en instancias ajenas a Juventud Rebelde, como las reseñas de reuniones del Consejo de Ministros a las que concurrían periodistas determinados por su confiabilidad para coberturas de este tipo cuyos textos se replicaban en todos los medios nacionales de comunicación por indicación del Partido. En lo relativo a la dirección del Estado es un mecanismo funcional para controlar lo que le interesa hacer público, y cómo hacerlo, pero inhabilita la necesaria pluralidad de enfoques sobre acontecimientos de tamaña relevancia para el entramado social cubano.
Además, el proceso productivo de esta manera se encontraba a expensas de que el Departamento Ideológico enviara de imprevisto alguna información o discurso político independientemente del interés que pudiera tener para la población. Si sucedía, entonces se tenía que reacomodar el proceso para cumplir la demanda de los agentes reguladores externos, lo que podía provocar el aplazamiento o desestimación de productos más amplios e interpretativos.
Para la organización del trabajo periodístico sobre la actualización existían pequeños grupos, más o menos formales, que se ocupaban de estos temas. Pero, generalmente, los periodistas formaban equipos ocasionales que abordaban tópicos en tanto se imbricaban con sus áreas habituales de aproximación mediática al acontecer.
Según se reconoció, en la redacción existía una “descapitalización profesional”8 producto, entre otras cuestiones, de “las desmotivaciones económicas”, y de “las políticas informativas9 que fueron condicionando un desánimo”. Se señaló, además, que por ser pequeño el equipo de la redacción nacional (una decena de profesionales), los periodistas asumían una enorme carga de trabajo y tenían que cubrir necesidades informativas urgentes demandadas por sus responsabilidades con suplementos específicos de Juventud Rebelde (Periodista 2, comunicación personal, abril de 2014).
Estas cuestiones condicionaban que la aproximación mediática de Juventud Rebelde a la actualización, en lo relativo a la organización del periódico, fuera intuitiva, poco estructurada, a expensas de la iniciativa de algunos profesionales específicos.
Además, en el momento de la presente investigación, no se había realizado una preparación adecuada de los periodistas para enfrentar la complejidad de tratar los cambios.
No siempre estamos lo suficientemente preparados o empapados de las nuevas legislaciones o denominaciones, y puedes caer en un equívoco que confunda a la población. Como todo lo que es nuevo, incluso a nosotros nos cuesta entender cómo funciona (Directora, comunicación personal, mayo de 2014).
Con la observación se evidenció que la regulación externa de los contenidos de Juventud Rebelde no se expresaba en una intrusión directa y constante de las instancias de dirección política en el proceso productivo. En todo caso, comprendía rasgos más sutiles y tangenciales atinentes a mecanismos de facilitación de información (fuentes) y a la orientación general de la política editorial (relacionado con la ubicación estructural del medio).
Se pudo acceder a un número considerable de consejos de redacción, espacios en los que se comprobó un ambiente colaborativo y dialógico, lo que no resultaba óbice para el mantenimiento de la verticalidad y el orden jerárquico en la toma de decisiones. En estos espacios se evaluaban los trabajos periodísticos y su correspondencia con las demandas establecidas en la agenda editorial, en tanto satisfacían los imperativos noticiables y la extensión operativa propuesta para los mismos; otorgándoles (en orden ascendente según su correspondencia) señalamientos negativos o positivos, reconocimientos y premios. Constituía un dispositivo de diagnóstico y control del proceso de producción al interior de la organización mediática.
Se verificó un elemento luego apuntalado por el criterio de la mayoría de los entrevistados y vértice del consenso logrado en el grupo de discusión. Este es la relevancia para el funcionamiento de la cobertura sobre las reformas de líderes profesionales con amplias competencias tanto en la gestión y construcción de la agenda editorial, como en la configuración de un ambiente favorable para resolver “el conflicto inherente en el interior de una organización” (Shoemaker y Reese, 1994, p. 171).
El líder profesional resulta un componente esencial para lograr la aproximación exitosa a cualquier objeto de referencia en el proceso de producción periodística, acentuado en las condiciones particulares de la actualización del modelo económico cubano.10
Los imperativos noticiables de Juventud Rebelde se articulaban en la tensión entre las demandas que el sistema político establecía al sistema de medios y la vocación del periódico hacia “todo lo que afecte o involucre a los jóvenes de Cuba y del mundo, en todos los ámbitos, y tenga interés público” (Juventud Rebelde, s/f).
Según uno de los profesionales del diario, Juventud Rebelde intentaba lograr una amplia y exacta aproximación a los complejos desplazamientos estructurales que se producían, por lo que resultaba un imperativo regresar sobre los temas atendidos (Periodista 3, comunicación personal, marzo de 2014). Esta voluntad de seguir el desarrollo de los acontecimientos encontraba varios inconvenientes.
Las fuentes de información constituyen un elemento esencial que incide sobre la extensión operativa de los imperativos noticiables, y su selección está en estrecha sinergia con la determinación estructural que opera sobre el medio. En torno al contexto cubano, con anterioridad se ha hecho alusión a este aspecto que ha afectado de una u otra manera al ejercicio periodístico en general en el país (Souto y Cáceres, 2010; Guzmán, 2011; Fariñas, 2011). En el caso específico que ocupa este trabajo, resulta ilustrativo lo observado en el consejo de redacción, cuando uno de los subdirectores propuso entrevistar a un especialista del Centro de Estudios de la Economía Cubana sobre los escenarios posibles en la unificación monetaria.11 La discusión de la propuesta hizo evidente el interés de la dirección de aproximarse al fenómeno utilizando fuentes más cercanas al proceso, por ejemplo, algún integrante de la Comisión de Implementación.
Se consensuó, no sin que algunos ratificaran un criterio divergente, que el trabajo procedería si su tesis no cuestionaba o valoraba las decisiones oficiales, sino que ampliaba el conocimiento sobre sus principales enunciados. Un criterio relacionado se ventiló en el grupo de discusión, cuando se señaló un desconcierto en torno a si en este contexto era pertinente promover un modelo interpretativo de los acontecimientos o uno informativo.
La identificación y el acceso a fuentes generalmente apreciadas por el sistema político constituía una estrategia al interior de la organización periodística para garantizar el cumplimiento sin conflictos de las demandas informativas de la regulación institucional externa.
Algunos periodistas señalaron que las instituciones rechazaban el acercamiento mediático, estrategia cada vez más socorrida, porque “se dieron cuenta de que si no aportaban no salía el trabajo. Diferir es una de las estrategias de la fuente [...] hasta que se enfríe y la realidad cambie” (Periodista 4, comunicación personal, marzo de 2014).
Este conflicto que atentaba contra la extensión operativa de los imperativos noticiables en el abordaje de la actualización se configuraba en la dinámica fuente-periodista-dirección del medio de prensa. Podría decirse que las dilaciones del aparato burocrático y verticalista que ha caracterizado a las instituciones cubanas se encuentran asociado a la posible muerte del interés público sobre los acontecimientos.
Sin embargo, que no se recurra a una fuente de información institucional es una de las razones por las que la dirección de Juventud Rebelde consideraba fundamental rechazar un producto comunicativo, o consultarlo con el Departamento Ideológico o la institución involucrada. El procedimiento se fundamentaba en las competencias profesionales de los reporteros para interpretar atinadamente el nuevo escenario de cambios. Desde la dirección se manifestaban reservas hacia la preparación de los periodistas para abordar el complejo proceso de la reforma económica, lo que resultaba un espacio de conflicto en la evaluación de la producción.
Todos estos aspectos tratados, como es obvio, encuentran relación con el tipo de trabajos propuestos por el medio. Las dificultades en la relación con las fuentes y la descapitalización profesional, entre otros factores, incidían en el predominio de trabajos de opinión e informaciones por sobre los reportajes profundos en el tratamiento de la actualización.
Sobre la extensión operativa de los imperativos noticiables también actúan aspectos relativos al régimen económico del modelo de prensa nacional y al despliegue organizacional y de recursos (Somohano, 2013) necesarios para la aproximación mediática al acontecer. La planificación de coberturas sobre la actualización se inscribía en la dinámica habitual del medio, por lo que no se disponía de aseguramiento específico que garantizara su consecución más allá de las probables tensiones que surgieran en este sentido.
Durante el periodo de observación, en Juventud Rebelde se intensificó una crisis del parque automotriz que obligaba constantemente a reacomodar la planificación de coberturas que demandarían trasladarse a lugares alejados de la redacción. A propósito, se hizo evidente la demanda hacia la UJC de mejor apoyo en recursos. También se constataron problemas en la disponibilidad de computadoras, y algunos profesionales señalaron que carecían de telefonía móvil para mantener un contacto con las fuentes de información y con la redacción.
Como rasgos generales de los dispositivos de determinación y control en el abordaje del proceso de actualización del modelo económico, los entrevistados indicaron que la iniciativa para su tratamiento partía generalmente del propio medio, aunque en ocasiones satisfacían las demandas de agentes externos. La evaluación se efectuaba al interior de la organización, ateniéndose a las indicaciones del Departamento Ideológico orientadas en los objetivos editoriales y en espacios de contacto específicos; y comprendía la consulta con agentes de regulación externa respecto a trabajos puntuales.
Supuestos profesionales rectores del trabajo periodístico
Escribir en este periódico no es como hacerlo en cualquier otro, ni en alguna emisora de radio o televisión del país; al menos eso creen sus profesionales. Hay una tradición estilística, una vocación de servicio crítico a la Revolución y sus loables objetivos sociales, que los periodistas intentan honrar.
Los modelos profesionales exitosos, cuya expresión la constituyen periodistas paradigmáticos y estructuras organizativas determinadas que se han extendido con mayor o menor fortuna durante medio siglo de gestión editorial, han sedimentado la idea de que en Juventud Rebelde no es tan frecuenta la autocensura “como en otros medios” y existe “cierto sentido de la irreverencia”. Ello se entiende en oposición a la generalidad de la prensa del país, asociada a un modelo en el cual “los profesionales y los que han dirigido los medios siempre han querido estar en sintonía con el sistema político” (Subdirector 1, comunicación personal, mayo de 2014). También se destacó que respecto a la prensa nacional el medio “ha sido algo así como un contrapeso [...] por no ser exactamente el periódico más encorsetado, por su intención de acercarse a sus destinatarios de una manera diferente [...] quizás menos oficial, rígida” (Periodista 1, comunicación personal, abril de 2014).
Sin embargo, este mismo entrevistado trazaba una distinción entre este paradigma y lo que percibe como la realidad del medio en el contexto cubano, donde considera que Juventud Rebelde “ha perdido bastante” de esas tipicidades.
Lo relativo a la profesionalidad del periodista fue identificado como un punto importante en la dinámica productiva sobre la actualización. Uno de los entrevistados, que destacaba en el ejercicio de los géneros de opinión, señalaba que este tipo de trabajos se le permite por su prestigio y experiencia. Sin embargo, “la realidad de todos los periodistas no es la mía, que llevo muchos años y se me respeta bastante [...] Un artículo mío lo tratan con más cuidado” (Periodista 1, comunicación personal, abril de 2014).
Los supuestos asociados al encargo social del periodista en el escenario cubano coinciden esencialmente en una vocación de servicio hacia los ciudadanos y a la Revolución en tanto reflejo de sus aspiraciones (Estrada, 1996; Oller, Olivera, Argüelles y Hernández, 2016; Veliz, Oller y Olivera, 2019). Apuntan a la posibilidad de la autorregulación en los medios de comunicación, porque “ningún periodista va a escribir algo, por urgente que sea, contra el país” (Periodista 4, comunicación personal, marzo de 2014).
Algunos refirieron en la investigación que existía una predisposición general en el gremio a abordar críticamente las medidas del gobierno aprobadas en el contexto de cambios. Entonces se trazaba una conciencia de los límites sobre los temas que se podían tratar y cómo hacerlos, frontera que en algunos individuos se expandía y en otros resultaba increíblemente replegada, e involucraba a múltiples agentes y condicionantes tanto sociales como profesionales. Factores relativos al sistema político, al modelo de prensa cubano y a las concepciones ético-profesionales de los periodistas, se integraban en un complejo dialéctico que estructuraba una forma de percibir, y, sobre todo, dado el estudio que nos ocupa, reproducir en el ámbito mediático la realidad.
Según uno de los entrevistados, entre los profesionales que más se ocupaban de los temas referidos a la actualización; al periodismo en este contexto le correspondía asumir el encargo de informar y analizar la realidad, pero sin pretender ser “la conciencia crítica de la sociedad” (Periodista 2, comunicación personal, abril de 2014). En la dirección del medio se dio mayor relevancia al papel orientador de la prensa, estimándose que su cometido principal resultaba ofrecer conocimientos legales al ciudadano para lidiar con el nuevo contexto.
Atendiendo a estas concepciones, se hizo posible adelantar en el momento de realizar la investigación en la que se ampara este trabajo que el tratamiento de la actualización por parte de Juventud Rebelde no abandonaría la senda de lo informativo, o de aproximaciones cautelosas a la implementación de medidas puntuales. Al abordar un tema inscrito en la actualización del modelo económico cubano, los periodistas y directivos de Juventud Rebelde asumían estrategias que conciliaban los supuestos profesionales con los imperativos del marco sociopolítico en el que se inscribe la publicación.
En el taller ¿Cómo se está reflejando la realidad del país en las páginas de JR?, efectuado en la redacción durante el proceso investigativo, se observó en lo relativo a la percepción de los periodistas sobre el cumplimiento del encargo social del medio, que se evaluaba la edición diaria -a diferencia de la dominical- como un periódico “bastante malo, pésimo, improvisado”. Por otro lado, la mayoría de los profesionales coincidieron en que la voluntad política, declarada por el gobierno, para favorecer un mejor ejercicio del periodismo no se expresaba en hechos concretos.
En las entrevistas individuales, si bien alguno consideró que Juventud Rebelde ha acompañado el proceso de actualización “de una manera digna” (Subdirectora 3, comunicación personal, mayo de 2014), otro profesional lo catalogó como “bastante insuficiente”, ya que el acercamiento del diario “no es abarcador”, ni acercaba “los grandes propósitos del proceso de actualización a la práctica” (Periodista 1, comunicación personal, abril de 2014).
No obstante, predominó el criterio en estas entrevistas de que el abordaje de Juventud Rebelde a la actualización del modelo económico cubano resultaba aceptable, dadas las condiciones de la estructura de medios en Cuba y las demandas y límites que el sistema político establecía al sistema de comunicación. Al respecto, los participantes en el grupo de discusión coincidieron en que el país estaba ante un proceso de reconfiguración estructural que demandaba también un replanteo en las funcionalidades de la prensa.
Conclusiones
En la investigación se constató que el proceso de producción periodística del equipo de información nacional de Juventud Rebelde, asociado a la actualización del modelo económico cubano, se encontraba atravesado por las condicionantes que delimitan toda la producción del medio, entre ellas la aún insuficiente formación y desarrollo del capital humano, las limitaciones de recursos y la ubicación estructural del periódico en el entramado mediático y, por lo tanto, orientado a la reafirmación de las políticas provenientes de las instancias del poder estatal. En consecuencia, no satisfacía el papel deseable para la prensa en un contexto de transformaciones socioeconómicas profundas y definitorias. La ubicación estructural de Juventud Rebelde lo configuraba como uno de los espacios principales de difusión sobre el proceso de cambios y determinaba su acceso a coberturas y fuentes específicas, pero en algunos casos lo limitaba en relación con otros agentes comunicativos debido a su sujeción a un orden de jerarquía mediática.
Como rasgos generales de los dispositivos de determinación y control en el abordaje del proceso de actualización del modelo económico, se constató que la iniciativa para su tratamiento partía generalmente del propio medio, aunque en ocasiones se orientaba a satisfacer las demandas de agentes externos. La evaluación se efectuaba al interior de la organización, ateniéndose a las indicaciones del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba reflejadas en los objetivos editoriales y en espacios de contacto específicos. La consulta y búsqueda de aprobación de agentes de regulación externa se efectuaba en algunos trabajos de particular relevancia por su carácter polémico e interés difusivo expresado desde la institucionalidad política.
La evaluación de los trabajos se realizaba en los espacios habituales de las rutinas productivas de Juventud Rebelde, ateniéndose a criterios de profundidad en el manejo de fuentes, con énfasis en las institucionales, la excelencia y novedad en el uso del lenguaje, así como a la legitimación y reafirmación de las posturas oficiales del sistema político. La censura se ejercía sobre tópicos puntuales y se pudo constatar que se integraba a los supuestos profesionales de los periodistas cuando se aprestaban a escribir sobre la actualización, lo que limitaba la disposición de los profesionales a asumir riesgos por un texto que presumían imposible de publicar.
La extensión operativa de los imperativos noticiables en la aproximación a la actualización del modelo económico cubano estaba condicionada por la posición que ocupa en las prioridades informativas de Juventud Rebelde el tratamiento del proceso desde la perspectiva juvenil, pero a la vez generalista de su perfil editorial. Sin embargo, esto no limitaba la asunción de demandas específicas provenientes de agentes reguladores externos.
La ausencia de recursos que garantizaran las coberturas, profesionales exclusivamente dedicados a desmontar las complejidades del proceso de cambios, así como las estrategias de rechazo aplicadas por algunas fuentes de información cardinales en estos temas, provocaba dilaciones en el proceso productivo. El acceso a fuentes oficiales y legitimadas por el sistema político operaba como una estrategia desde la organización periodística para garantizar el cumplimiento de las demandas informativas y disipar el conflicto con el poder.
Durante la investigación se evidenció que el sistema político determina la producción periodística en torno a la actualización del modelo por lo que resulta difícil que los periodistas realicen una aproximación desprejuiciada al proceso. Estos profesionales concebían el encargo social del medio en el abordaje de la actualización en tanto informador y orientador de los públicos acerca del nuevo escenario.
En este sentido, durante la indagación se observó también el predominio de la percepción de que Juventud Rebelde abordaba el proceso de actualización del modelo económico cubano de manera aceptable, dadas las condiciones restrictivas del marco sociopolítico en que se inscribe la publicación, que provoca la imposibilidad de contravenir las posturas oficiales y que la crítica se ejerza en un marco de expresión restringido.