Introducción
Este reporte intenta explicar cómo se diseñó y realizó la estrategia metodológica, para poder discernir cómo se construye una noción de servicio público de radio en contextos sociopolíticos distintos.
Empíricamente, intentamos explicar cómo se cumplían las funciones sociales y características del servicio público en los contenidos de Radio Educación (Ciudad de México) y la noción de servicio público que emanaba desde el imaginario social de los realizadores a través de sus actividades de producción. Aquí presentamos los resultados de nuestro trabajo de campo. Pretendemos ofrecer una ruta metodológica para evaluar cuáles eran las condiciones de Radio Educación el marco del neoliberalismo y cómo Radio Educación contribuía a ampliar la discusión del espacio público. Particularmente, se analiza la función social de los contenidos (función informativa, difusión de la cultura, educativa), luego otras características de lo público como pluralidad, participación, autonomía editorial.
El estudio de caso se realiza desde el punto de vista del programador del mensaje; es decir, desde la perspectiva de los realizadores de los programas y no de la audiencia. Por ello, era necesario conocer cómo contribuían ellos a producir contenidos de utilidad social, cómo entendían las características de lo público y promovían la participación en los contenidos. En la cotidianidad de las emisoras, los realizadores tienen una gran responsabilidad por aterrizar los principios del servicio público en la programación.
El trabajo tiene varias aportaciones, entre ellas, la metodología utilizada para estudiar el servicio público; la investigación abre campo en el estudio del servicio público en México desde esta perspectiva metodológica.
¿Por qué Radio Educación? Dentro de la estructura de la radio estatal, Radio Educación había jugado un papel muy importante desde 1968, porque había cumplido una función cultural y social que la convirtió en un referente de utilidad social para los escuchas. Había sido una de las estaciones que se definía a sí misma como radio con vocación de servicio público. Desde principios de los setenta, los realizadores de Radio Educación habían intentado atender a públicos más diversos y habían transmitido una agenda noticiosa y cultural en la que se trataban contenidos distintos a aquéllos escuchados en otras emisoras. A principios de este siglo, sus contenidos se fueron fortaleciendo y sus realizadores fueron participando activamente en el debate sobre la necesidad de aumentar la presencia de la radiodifusión estatal en México. Estas acciones le fueron dando a la estación legitimidad institucional frente a ciertos grupos de la sociedad.
En el debate nacional sobre el servicio público, desde la perspectiva de algunos académicos y políticos, Radio Educación se percibía como una emisora que había hecho esfuerzos por ser un ejemplo de radio estatal que tenía una programación con orientación de servicio público y que intentaba asemejarse al ideal de radio pública. En Radio Educación se transmitían contenidos de utilidad social que promovían principios, como pluralidad cultural y política, y diversidad a lo largo de la barra programática. Se trata de una emisora que era financiada por recursos públicos sin fines de lucro. Radio Educación contribuía cotidianamente a construir una audiencia crítica y una expresión cultural diversa a lo largo de los años; a mantener cierta independencia política y editorial con el gobierno; a la construcción de la noción de servicio público al reflejar estos principios y características en su programación.
El planteamiento de estas premisas apuntaba a reconocer que Radio Educación había ayudado a desarrollar principios y valores de servicio público en su quehacer diario; también, a que probablemente ampliaba las condiciones de la discusión en la vida pública. De aquí que fuera necesario explicar cómo Radio Educación definía la noción de servicio público y cómo lo entendía en su quehacer cotidiano. Asimismo, era importante describir las relaciones que la emisora había establecido con el Estado y la sociedad en un contexto neoliberal, y en qué medida había buscado atender a diferentes grupos sociales del país, especialmente a las minorías sociales.
Radio Educación se podía enmarcar en el corpus de investigación. Por consiguiente, aunque en este trabajo nos enfocaremos en la programación, la estudiaremos con respecto a características y condiciones del servicio público: financiamiento, estructura, políticas institucionales, marco jurídico. Estos factores determinan, hasta cierto punto, en el modelo de servicio público, las estrategias de programación y la calidad de los contenidos. Al ser la programación nuestro eje de estudio, nos conducía a situarnos en la descripción de los contenidos de la barra programática y en aquellos realizadores quienes producen los programas de radio.
Con el planteamiento anterior pretendíamos que el objetivo ofreciera elementos para analizar, a través del estudio de la programación en Radio Educación y del trabajo de producción de los realizadores, cuál era la contribución de Radio Educación al desarrollo cultural de la zona metropolitana y la ampliación del debate del espacio público sobre la construcción del servicio público de radio.
Fundamentos teórico-metodológicos para el estudio empírico de la programación
Durante muchos años en la historia de la radiodifusión en México, no hubo un marco jurídico que definiera la función del servicio público en los medios de comunicación, ni políticas públicas orientadas a consolidar un sistema de radio pública en el país. Sin embargo, en algunos medios, como Radio Educación, hasta la fecha, ha habido profesionales de los medios que se han identificado con la noción del servicio público. Este grupo de hacedores ha sido responsable -en gran parte- de llevar ciertas actividades del ideal de la noción de servicio público, o de su noción de lo público, a la práctica cotidiana de la emisora. Es importante conocer, desde su perspectiva, cómo definían, a principios de este siglo, el perfil de la radiodifusora y cómo han contribuido a construir la noción del servicio público.1
Aproximarse a nuestro objeto de estudio -no sólo desde una perspectiva histórica como tradicionalmente se ha hecho, sino a través de la lente de una comunidad- implica sumergirse en estrategias metodológicas ensayadas por otras disciplinas, como la antropología sociocultural, sicología y sociología, entre otras. Como resultado, muchos científicos sociales han utilizado un modelo interpretativo y de casos, y no uno únicamente teórico basado en elementos históricos. En tiempos recientes, la teoría ha optado por referentes empíricos por encima de lenguajes abstractos o, en otras palabras, se explica a partir de la interpretación de datos obtenidos de las experiencias individuales relatadas por los sujetos sociales que participan en un determinado estudio. En la investigación de las ciencias sociales, las vivencias de los sujetos sociales deben ocupar un sitio central como reconocimiento de su papel dentro de prácticas sociales (Cornejo, 2007). Por ello, el trabajo de campo en esta investigación partió de un estudio que abarca la observación, entrevistas semiestructuradas y la descripción estadística.
De esta manera, para poder construir un marco metodológico, nos dimos a la tarea de revisar distintas aproximaciones y programas de investigación. Algunos nos resultaron irrelevantes casi de inmediato dadas las limitaciones en sus planteamientos y técnicas de análisis. Pero, de otras, pudimos retomar elementos específicos que nos ayudaron a construir un modelo empírico para evaluar la función social de la programación. A continuación, describiremos dicho recorrido.
En primer lugar, recurrimos a autores que sustentan su trabajo teórico principalmente en la tradición de la economía política crítica, corriente que posee distintas aproximaciones metodológicas para aproximarse a su unidad de análisis: las industrias culturales y de la comunicación (Gómez y Sánchez, 2009). Si bien no hay suficiente investigación de campo que aporte datos empíricos a la economía política, existen trabajos enmarcados dentro de los llamados estudios sobre medios [Media Studies], los cuales han sido complementarios al trabajo de la economía política crítica y se han desarrollado paralelamente con ella.
Los estudios sobre medios realizan un análisis textual de las narrativas periodísticas, afirman que el texto es polisémico y se interpreta de diferentes maneras dentro de un contexto cultural. La metodología se basa ampliamente en el análisis de la argumentación de ejemplos específicos o comparativos, los cuales pueden ser narrativas de sucesos particulares (movimientos sociales, programas de televisión, películas, textos periodísticos, etc.) (Hesmondhalgh, 2008).
Este programa de investigación emergió en la década de los setenta. En Estados Unidos se enfocaron en explicar las dinámicas y rutinas de los reporteros dentro de las industrias para producir contenidos. El autor Paul Hirsch (1980) dice que los periodistas trabajan de manera autónoma, pero envueltos en rutinas y estructuras burocráticas. Esta larga tradición de estudio en Norteamérica y Europa ha privilegiado la mirada de un grupo para explicar el comportamiento de una institución.
En décadas posteriores, estas y otras aproximaciones empíricas, como los estudios sobre medios, han conseguido aportar modelos metodológicos innovadores a las ciencias sociales, orientados a construir y sistematizar datos empíricos para explicar la realidad social y la cultura contemporánea. No se trata de la realización de muestras experimentales o grupos de control, sino de la formulación de sistemas de argumentación a partir de estudios de caso o correlaciones con ejemplos paralelos -como movimientos sociales específicos- que ocurren o han sucedido en otros contextos sociohistóricos.2
Con estas rutas metodológicas empíricas más recientes, los estudios sobre medios de la comunicación y la cultura han podido virar de la descripción a interpretaciones más profundas sobre la realidad social. Esto implicó buscar otros tipos de enfoques teórico-metodológicos que abordaran el estudio de los medios y la cultura contemporánea, así como metodologías basadas en el análisis descriptivo y cualitativo/interpretativo.
Un primer acercamiento teórico metodológico que revisamos y cuyos planteamientos sirvieron como referencia útil para construir nuestra propuesta empírica es el del sociólogo Robert Park (Lewis, 2008, pp. 44-45), de la Universidad de Chicago. A principios del siglo XX, Park se enfocó en estudiar, entre otras cosas, cómo los individuos y (sub)grupos sociales construían significados a partir de sus experiencias cotidianas en el mundo. Park puso énfasis en la mirada de los grupos sociales para generar nociones o conceptos; era una forma de entender los problemas más complejos de la vida cotidiana y podían ayudar a resolver los problemas de injusticia social. Park tenía interés en el estudio de la radio, y sus técnicas de observación no eran muy diferentes a aquellas empleadas por periodistas. Para Jeff Lewis (2008), esta forma de aproximarse al estudio de los medios, basándose en las experiencias cotidianas de las personas, alimentó teóricamente a la sociología.
El acercamiento de Park hacia el estudio de los grupos sociales fue fundamental para aproximarnos a otras corrientes que ponían hincapié en el estudio de las narrativas/textos/discursos y su relación con el sujeto que las produce en el seno de un contexto cultural particular. Este argumento nos interesó especialmente, porque la programación es un conjunto de narrativas producidas por realizadores quienes conforman un grupo social.
Entender la programación como narrativas de la cultura implica estudiarla bajo aproximaciones teórico-metodológicas empíricas emanadas de diversas disciplinas de las ciencias sociales (antropología, sociología, retórica, entre otras), las cuales toman en cuenta quién produce esas narrativas y el contexto en el que se generan.3 Una de ellas, los estudios sobre medios, ya la hemos explicado; la otra es la hermenéutica.
La hermenéutica de la investigación sociohistórica es una herramienta teórica que provee de un marco metodológico para estudiar la programación. En el siglo XIX y XX, autores como Dilthey, Heidegger, Gadamer y Ricoeur profundizaron en cómo la compresión de los textos (discursos) requieren de interpretación en tanto son construcciones significativas (Thompson, 1998). Según John B. Thompson, los estudios interpretativos complementan los análisis formales como la estadística. “El mundo sociohistórico” dice Thompson:
No es sólo un campo-objeto que esté allí para ser observado; también es un campo sujeto constituido, en parte de sujetos que, en el curso rutinario de sus vidas diarias participan constantemente en la comprensión de sí mismos y de los demás, y en la interpretación de las acciones, expresiones y sucesos que ocurren en torno a ellos (Thompson, 1998, pp. 398-399).
Heidegger critica que el proceso de la comprensión cotidiana es una característica esencial de los seres humanos, pero muchas veces obviada por los cientistas sociales; estos analizan formas simbólicas interpretadas por los sujetos que conforman el campo-objeto.
La hermenéutica establece dos cosas: a) el campo-objeto es un campo-sujeto; b) los sujetos que conforman el campo sujeto-objeto, al igual que los analistas sociales, “pueden comprender, reflexionar y actuar a partir de esta comprensión y reflexión” (Thompson, 1998, p. 400).
Particularmente, estos postulados dieron pauta para acercarnos a los realizadores de Radio Educación para conocer su noción de servicio público y cómo han contribuido a construir dicha noción desde la cotidianeidad de la programación, su mirada fue indispensable para entender nuestro objeto de estudio. Son sujetos que tienen una interpretación y conceptualización sobre su campo de trabajo (Radio Educación) Esa visión fue muy significativa para el desarrollo de este estudio en tanto permitió entender cómo la emisora, desde el conjunto de sus trasmisiones, ha contribuido a construir la noción de servicio público.
Thompson (1998, p. 407) propone el marco metodológico de la hermenéutica profunda, en el cual sitúa dimensiones analíticas de un proceso interpretativo y que están relacionadas con la hermenéutica de la vida diaria; dos de ellas nos interesan específicamente:
El análisis sociohistórico en el que se incluye a las instituciones sociales.
La interpretación y reinterpretación. Significa interpretar rutinaria y mundanamente las formas simbólicas de la vida cotidiana; estas pueden ser sociohistóricas. Los sujetos (o grupos sociales) realizan una interpretación de la realidad social; los analistas lo que hacen es reinterpretar la interpretación que llevan a cabo los sujetos. En los medios masivos, la reinterpretación de las formas simbólicas está relacionada con aspectos ideológicos; por ejemplo, relaciones de poder, propiedad y control, así como las relaciones y las actividades rutinarias que se dan en las instituciones de los medios: procedimientos cotidianos seguidos por los empleados o realizadores desde escribir un guion hasta editar o producir. Según Thompson (1998), este enfoque interpretativo también “nos sirve para conocer las maneras en que comprenden lo que están haciendo, lo que están produciendo y lo que están tratando de lograr” (pp. 441-442).
Thompson sostiene que en cada dimensión o etapa se pueden aplicar diversos tipos de métodos de investigación de acuerdo con las circunstancias específicas de la investigación; no hay un método adecuado ni único. Este argumento nos obliga a entender a nuestro objeto de estudio desde la intersección con otras disciplinas y subdisciplinas. Para el investigador Gilberto Giménez (2006), es justo en esta intersección donde se encuentran -por su dimensión simbólica- la historia, antropología, sociología, sicología social, educación, semiótica, lingüística y, sobre todo, la cultura.
En efecto, los estudios sobre medios de comunicación y cultura son un campo híbrido de estudio de los textos y los contextos; en cuyas interacciones los sujetos sociales, “inmersos en ámbitos espacio temporales específicos”, producen significado. En esta interacción simbólica (sujeto social-texto-contexto) se halla el aspecto científico de la comunicación (Giménez, 2006).
Estos postulados epistemológicos son indispensables para elaborar un corpus de estudio para estudiar la función social de la barra programática de Radio Educación.
La definición de la noción de servicio público
Como ya se mencionó en el resumen, el servicio público de radiodifusión se ha estudiado, sobre todo, desde un punto de vista histórico (Lewis, 1993; Thompson, 1998), a partir del análisis de una perspectiva europeo-occidental o norteamericana (Bustamante, 2000, 2001, 2008; Hallin y Mancini, 2004; Tremblay, 1988). Pero pocos autores han intentado formular un concepto del servicio público de radiodifusión desde la realidad sociopolítica en América Latina (Fuenzalida, 2000, 2002; Ortega, 2007). Particularmente, en todos estos ejemplos se ha dejado de lado un análisis sistematizado acerca de la programación.
Por ello era importante realizar este estudio empírico a partir de la propuesta de una definición, principios y características del servicio público de radio, en las cuales encontráramos categorías de análisis con las que pudiéramos evaluar la programación. La discusión conceptual académica acerca de la noción de servicio público era limitada, así que fue necesario sistematizar el debate internacional acerca del concepto a principios del siglo XXI.
En principio, buscamos experiencias de investigadores de diferentes regiones del mundo (Europa, Norteamérica y América Latina), en donde se han preocupado, desde hace tiempo, por hacer una crítica a la noción de servicio público en sus respectivas zonas geográficas. Este ejercicio analítico permitió establecer, a grandes rasgos, los principales ejes que constituyen la discusión internacional sobre la noción de servicio público en el contexto neoliberal, y sus diferencias y coincidencias en distintas partes del mundo.
De dicho recorrido concluimos que no hay una noción única y definitiva que explique el concepto. Cada país ha desarrollado su propia noción de acuerdo con su contexto sociohistórico y la relación que el medio ha establecido con el Estado y la sociedad, así como con las condiciones impuestas por el mercado de la industria audiovisual.4
En estos días, esta noción continúa en revisión y legitimándose en el marco del neoliberalismo. A pesar de los cambios económicos y tecnológicos en el mundo en las últimas décadas, se sigue discutiendo en diferentes países la necesidad de mantener a los servicios de radiodifusión pública, porque se ha revaluado la contribución que han hecho al desarrollo cultural y democrático.
Si bien México no es idéntico al contexto de otros países a cualquiera de los casos analizados, comparte condiciones de las cuales se puede obtener un aprendizaje o situaciones que en otros sitios han sido resueltas. De estas experiencias, tomamos las condiciones y los rasgos más relevantes observados en la revisión de los modelos de radio de servicio público en otros países, así como de aquéllos sostenidos por los autores estudiados. Esto, con el fin de acercarse a una definición que fuera útil para el análisis del caso mexicano y con el propósito de establecer las características fundamentales que permitieran el análisis del servicio público de radiodifusión.
El ejercicio brindó elementos para conocer las características que conformaban el servicio público en distintos contextos internacionales regidos bajo gobiernos neoliberales, y saber cuáles eran algunos de los problemas a los que se enfrentaban para atender a minorías y mayorías sociales.
De aquí se propuso un modelo que explicara la noción de servicio público y jerarquizamos sus dimensiones que posteriormente permitieron evaluar el caso de Radio Educación.5
Figura 1.
Modelo del servicio público de radio
De este modelo retomamos los elementos que se utilizaron como categorías de análisis para conocer a) cómo Radio Educación ha incorporado estos rasgos en su programación; b) la utilidad social de sus contenidos y cómo inciden en el espacio público; y, c) cómo a partir de la programación la emisora ha contribuido a construir la noción del servicio público en México.
Para analizar la programación con mayor profundidad es preciso identificar también a los sujetos que producen los contenidos y conocer su concepción sobre la programación de la emisora. Por esa razón, decidimos analizar el testimonio de los realizadores, quienes tienen una relación directa con los contenidos y forman parte significativa de la comunidad de Radio Educación.
Elaboración de un corpus de estudio
Para autores como Enrique Bustamante, la programación es un discurso articulado por narrativas y dirigido a diversas audiencias, el cual es organizado por un periodo determinado.6
Por ello entendemos que en la radio estatal se programan discursos articulados cuyos contenidos conforman las narrativas de la programación que adquieren significado en el contexto de la cultura local y nacional. Para los autores Ricardo Haye (2003, p. 116) y Juan Buenaventura (1990), el conjunto de narrativas o textos es escogido y combinado de manera finita, “posee unas lógicas discernibles y [...] se somete a ritmos temporales determinados. Tanto esas lógicas como esos ritmos evidencian visiones culturales particulares que circulan en una formación social dada” (§ 6).
Las narrativas relatan sucesos de la historia y la cultura contemporánea, y reflejan lo que la sociedad conversa en la actualidad sobre los grandes problemas locales e internacionales; en sus contenidos se discuten asuntos éticos y cívicos, principalmente los valores, las prácticas sociales de las minorías y mayorías sociales, sus ritos, sus sentimientos, sus maneras de celebrar, etc., que ayudan a los ciudadanos a tomar decisiones en la vida pública. Las narrativas cuentan historias de personas que representan a grupos sociales, por medio de la discusión, el debate, la música, los contenidos informativos y noticiosos y géneros artísticos, como el radioarte.
Construcción de categorías
Uno de los valores de la programación de un medio de servicio público es la utilidad social de sus contenidos para una sociedad política y culturalmente diversa.
La barra programática es el universo de estudio de esta investigación, pero también lo son los sujetos (realizadores) que la conforman.
La dimensión utilidad social de los contenidos se evaluó a partir de las cuatro categorías de análisis: función cultural, función informativa, función educativa y la función de entretenimiento.
La categoría función informativa, dado sus características, se desagregó en las subcategorías también definidas: pluralidad y diversidad de la información, e independencia editorial. Asimismo, se tomaron en cuenta otros indicadores de evaluación como la comunicación de los asuntos públicos a los ciudadanos, en cuanto a educación, salud, cultura, ciencia e información que ocurre a nivel mundial y local, y la estructura narrativa de los contenidos, la atención de la demanda de públicos minoritarios y mayoritarios, entre otros aspectos.
Aunque la universalidad es un rasgo importante de una programación que corresponde al servicio público, no fue tomada en cuenta en cuanto al alcance geográfico de la emisora, ya que su trasmisión solo se delimita principalmente a la zona metropolitana. Sin embargo, sí se evaluó la universalidad con respecto a dos puntos: a) la atención que tienen los diferentes grupos políticos y socioculturales (mayorías y minorías) a los contenidos de la emisora; y, b) cómo Radio Educación atiende las necesidades de intereses y necesidades de información, entretenimiento, educación y cultura de una sociedad compleja y diversa que habita en la zona metropolitana.
Justificación del estudio de caso
Ya se ha explicado que este trabajo se enfocó en la evaluación de las estructuras y funciones de Radio Educación relacionadas con el servicio público durante los primeros seis años del siglo XXI. Hay cuatro razones principales por las cuales nos interesó esta etapa histórica de la radio estatal en México: la primera tiene que ver con el contexto político en el que se enmarca el proceso histórico de la radio estatal en esos años; la segunda está relacionada con el papel que jugó la emisora en este contexto político y social; su propio desarrollo institucional y su relación con la sociedad, hechos que se manifestaron en el fortalecimiento de su programación y la construcción de la noción del servicio público; y, porque hay poco análisis académico con profundidad acerca del desarrollo histórico de la radio estatal en México en este periodo
Las cuatro razones anteriores nos llevaron a elegir el sexenio de Vicente Fox para nuestro estudio; hay indicios de que había una contribución importante de la emisora a ciertos sectores de la sociedad.
Se trataba de un proyecto radiofónico que, si bien tenía carencias, entre el 2000-2006 se realizaron distintas acciones tanto por parte del equipo de producción como de la dirección para continuar diversificando los contenidos culturales, educativos y de asuntos públicos. Hubo intentos de articular la programación mediante la restructuración de la barra programática en el 2001 y 2005. También se llevaron a cabo otras estrategias como conservar y difundir el patrimonio sonoro nacional; se modificó la carta programática en el 2001 y otra vez en el 2005. En el 2003 se incorporaron nuevos presentadores y realizadores en la emisora; se introdujeron géneros como el Radioarte; se generaron alianzas con radios públicas internacionales, entre ellas la BBC y Radio Francia, para fomentar el intercambio de programación; hubo mayor cooperación con otras radios estatales y culturales del país.
Hubo también acciones administrativas que apoyaron el fortalecimiento de la programación, entre ellas destacaron su vinculación con el “Programa Nacional de Cultura 2001-2006”. Esto permitió renovar su infraestructura y programación; se consiguieron recursos adicionales destinados al mantenimiento, ampliación y mejora de las instalaciones de la emisora; aumentó el presupuesto; el catálogo de puestos se concretó en el 2004 con lo cual se logró que colaboradores obtuvieran plazas; los Acuerdos 21 y 203, aunados al catálogo de puestos de 2004, otorgaron reconocimiento jurídico a los profesionales de Radio Educación y contribuyeron al desarrollo de las actividades de programación informativa y cultural; se instalaron consolas con sistema digital entre otros ejemplos.
Fases de estudio
Lo que siguió fue trazar una ruta metodológica dividida en diferentes etapas de trabajo de campo:
Primer periodo de estudio, fase exploratoria: además de un análisis descriptivo de la programación, la fase exploratoria consistió en entrevistas a una muestra de realizadores y funcionarios de la estación quienes, dada su posición dentro de la emisora, poseían una amplía perspectiva sobre la programación.7 Ellos funcionaron como informantes clave y proveyeron de información que nos permitió continuar con el estudio de la barra programática de Radio Educación como estudio de caso.8
Desde su perspectiva, los entrevistados consideraban que los cambios de programación tanto en el 2001 como en el 2005 habían ayudado a diversificar y fortalecer la oferta programática cultural, educativa y de información de la emisora.
Bajo estos argumentos, cualquier fecha entre este periodo podría ser viable para delimitar el estudio de caso, ya que había elementos en los que se podría encontrar información relevante. En Radio Educación (XEEP) los programas se repiten cada semana, no hay variación, salvo en los contenidos tratados, series o programas especiales, por lo que los cambios mensuales de programación son pocos.
Como esta estrategia es un patrón muy experimentado por Radio Educación, una semana de programación era representativa para ser estudiada. Además, para el estudio de caso, una semana de programación resultaba ser una muestra pertinente de análisis y era viable para facilitar el proceso metodológico: los contenidos podrían ser manejables y, en general, no se cambiaba la programación.
De esta manera, se examinaron las barras programáticas a partir del 2000. En el 2005, la programación se había reestructurado por segunda ocasión durante la administración de Lidia Camacho. Los cambios hechos en la carta programática eran pocos, lo cual garantizaba cierta continuidad en los contenidos. De acuerdo con los entrevistados, el periodo más estable entre el 2000-2006, en cuanto a la programación, fue en el 2005; ocurrió justo antes de que empezaran las campañas políticas para la carrera presidencial del 2006, lo cual podía representar cambios en la programación, sobre todo con temas más relacionados con lo electoral.
Los realizadores entrevistados coincidieron en que cualquier fecha de 2005 era un periodo apropiado; fue cuando se estructuró una agenda informativa más contemporánea.
El 2005 también fue un año en el que ocurrieron cambios en materia de producción digital que ayudaron a modificar ciertos aspectos en la producción de las narrativas, como el hecho que los realizadores comenzaran a trabajar en los sistemas de edición no lineal, lo cual mejoró aspectos de producción como el sonido o la edición.
Fue así como se escogió la semana del 17 al 23 de octubre de 2005. Luego de identificar el periodo de análisis, se procedió a clasificar el corpus, tomando en cuenta los siguientes criterios:
Segundo periodo de estudio, análisis descriptivo de la programación: el segundo periodo contempló distintas etapas, las cuales se fueron amalgamando en actividades simultáneas:
1) Delimitación del corpus: en la fonoteca de la emisora se consiguieron las 72 producciones que conformaron la barra programática de esa semana, las cuales eran permanentes. Tres programas fueron repetidos más de una vez durante esa semana. No se tomaron en cuenta para el análisis los espacios en donde los locutores presentan música, aunque se trata de momentos en los que también hay un trabajo especializado de programación musical, no son programas como tales, sino transcursos en los que se presenta la música y se hacen breves comentarios.9 Tampoco se analizó el programa “La Hora Nacional” porque es una producción externa a la emisora. Las cápsulas promocionales no fueron de interés para el análisis, porque de igual modo son producciones que, en su mayoría, pertenecen a los tiempos oficiales; o bien, anuncian la programación. Por la misma razón, no se incluyó el espacio “Hoy en el 1060”, que anuncia la cartelera de programación del día.
2) Clasificación del corpus: después de delimitar el corpus, se hizo una primera clasificación de géneros en cuatro rubros, similar a como lo define Radio Educación; dentro de cada género, se hizo una división por temas:
a) Culturales. Son aquellos programas dedicados a la difusión de las bellas artes, del patrimonio cultural, y de manifestaciones locales cotidianas de los pueblos y la ciudad. Se dividieron los programas musicales y hablados y también se incluyeron los noticiarios culturales. En los programas musicales, a diferencia de los espacios musicales en donde sólo se presentan lapsos de música continua, sí hay explicación acerca de la música, se contextualiza, hay un presentador e incluso hasta invitados.
b) Informativos y de asuntos públicos.10 Se contemplan los noticiarios de información general y aquellas producciones dedicadas a los asuntos públicos. En los primeros, se tomaron en cuenta los noticiarios de información general, y en los segundos, a los programas de opinión y debate que discuten temas sobre política (electoral), temas generales sobre sociedad, género, salud, entre otros.
c) Educativos. Son espacios cuyos tratamientos refuerzan la educación formal o discuten temas del sector educativo.11 Apoyan el universo de temas que fomenten la reflexión y el cuestionamiento en la escucha sobre los contenidos escolares, el rendimiento educativo, los asuntos de la familia que tienen que ver con la educación escolar y de orientación ciudadana.
Los programas infantiles se analizaron aparte, porque los formatos y la estructura de los contenidos, así como la audiencia, son diferentes al resto de la programación. Se consideró que dicha jerarquización facilitaría el análisis de la programación, porque permitía una mejor visualización de los géneros y de los contenidos temáticos de la misma. De tal manera, se clasificaron en programas infantiles que abordan los asuntos públicos; la difusión cultural, y la educación formal.
Enseguida presentamos el corpus de estudio, clasificado por género y temática:12
Tabla 1.
Corpus de investigación clasificado por temas
Fuente: Elaboración propia.
3) Análisis estadístico del corpus. La sistematización, por sí misma, arrojó los primeros resultados empíricos sobre la distribución porcentual programática, la cual se ordenó en cuatro géneros como se muestra en la siguiente tabla: cultural, información y asuntos públicos, educativo, e infantil.
Tabla 2.
Distribución estadística de la programación
Género | Número de programas | Porcentaje |
---|---|---|
Cultural13 | 39 | 54% |
Informativo y asuntos públicos | 22 | 31% |
Infantil14 | 6 | 8% |
Educativo | 5 | 7% |
Total | 72 | 100% |
Fuente: Elaboración propia.
4) Identificar la dimensión del corpus y clasificar las categorías. La siguiente etapa consistió en ordenar las categorías de análisis que facilitaran el estudio de la programación. Las categorías fueron tomadas de la definición de servicio público. Del corpus, se desagregó una dimensión -utilidad social de los contenidos- y cuatro categorías que utilizaremos en este trabajo -función informativa, función educativa, función cultural, función de entretenimiento lúdico-.
La función informativa únicamente se dividió en dos subcategorías: pluralidad de la información y diversidad de la información.15
Las categorías se midieron de dos formas: a) estadística descriptiva, herramienta que ayudó a obtener resultados preliminares sobre la frecuencia de cada uno de los géneros programáticos en la barra semanal; asimismo, permitió evaluar si la manera en que se auto describe la emisora tiene que ver con los tipos de contenidos que programa; y, b) la realización de preguntas abiertas a informantes clave, con cuestionarios semiestructurados que pudieran evaluar indicadores específicos. El siguiente cuadro sintetiza la clasificación realizada en el trabajo de campo:
Tabla 3.
Utilidad Social de los Contenidos
Fuente: Elaboración propia.
5) Medición de la utilidad social de los contenidos: para evaluar la función social se realizó un trabajo descriptivo de la programación a partir de la clasificación de datos. Para ordenar la información y responder a nuestra pregunta, primero se evaluaron las funciones sociales de la programación (ver cuadro anterior). Como ya se dijo, los programas infantiles se analizaron de manera independiente, porque tienen otro lenguaje y formato, y el escucha-meta es diferente. Para evaluar este punto, también se tomó en cuenta la articulación y estabilidad de las producciones en la barra programática, porque un programa es también pertinente en proporción al conjunto de la programación y con base en el tiempo que éste lleve al aire en la emisora.
El análisis descriptivo de las funciones sociales de la programación se comparó con la información obtenida a partir de las entrevistas hechas a realizadores de la estación con el fin de contrastar información obtenida por ambos métodos.
Tercer periodo de estudio: trabajo cualitativo/interpretativo. El trabajo descriptivo de la programación se fue tejiendo mediante entrevistas a los realizadores y algunos responsables de la programación y producción. La mayoría de las entrevistas fueron semiestructuradas, lo cual permitió la obtención de datos por parte de los entrevistados de manera dinámica y el fácil acceso a conversaciones cuya información apuntara al objetivo de la investigación.
Como afirma Cornejo (2007), la entrevista semiestructurada es un instrumento cualitativo que “puede desarrollar encuentros reiterados cara a cara entre el investigador y los informantes, dirigidos a la comprensión de la perspectiva que tienen estos últimos respecto a sus experiencias o situaciones, tal como las expresan con sus propias palabras” (p. 199). Se trata de una técnica que intenta incluir a los actores sociales en la comprensión de un objeto de estudio.
La información obtenida por estos informantes nos serviría para conocer cómo participan en las actividades de la emisora y contribuyen a producir contenidos de utilidad social, ya que la utilidad social es una noción que se constituye en un referente simbólico presente en los realizadores y quienes laboran en Radio Educación.
También, como ya se mencionó, en este trabajo estudiamos al servicio público desde la perspectiva del programador o productor y no desde la audiencia. La elaboración del trabajo cualitativo/interpretativo se desarrolló en diferentes pasos:
Diseño de las entrevistas. Las entrevistas a informantes clave se confeccionaron paulatinamente: primero, mediante un estudio de observación para seleccionarlos: sus entrevistas disiparon dudas y proporcionaron sutilezas de información. La técnica de la entrevista fue de gran ayuda, porque, como lo mencionamos, al no haber una política de programación ni políticas institucionales definidas en la emisora, la directriz de los contenidos la deciden en gran medida los realizadores de los programas y el director general. Ellos son los que llevan a la práctica conceptos abstractos como pluralidad o diversidad, y los que crean los mecanismos de participación. En estos trabajadores recae también el peso del compromiso social de la emisora y de establecer los vínculos con la sociedad, entre otros aspectos. Por eso consideramos necesario analizar su discurso y su propia interpretación de la noción servicio público mediante testimonios. Asimismo, era importante conocer sobre los problemas que se enfrentan cotidianamente en el proceso de realización y queríamos saber de cuáles características estaba conformado ese proceso. Por ejemplo, cómo deciden a quién le hablan cuando no hay estudios de audiencia o cómo deciden los mecanismos de retroalimentación de la misma.16
Los entrevistados fueron escrutados de acuerdo con su papel estratégico en la emisora como productores, colaboradores o directivos de Radio Educación durante octubre de 2005. Se buscó una muestra por saturación. En total fueron ocho entrevistados con la mayoría de los cuales se conversó en más de una ocasión. Cinco de ellos eran productores, tres de los cuales eran encargados de un área de producción en la emisora durante el 2005; dos eran coordinadores de producción, y uno editor. No se tomó en cuenta la edad, el género y profesión, tampoco su antigüedad en la emisora, porque no los consideramos indicadores importantes para el análisis, aunque seis de los ocho entrevistados tenía una antigüedad de más de diez años. El único requisito es que hubieran trabajado en la estación durante octubre de 2005.
Las entrevistas se llevaron a cabo en tres momentos. La primera etapa de contacto con los entrevistados fue durante la fase exploratoria de esta investigación. La segunda cuando hicimos un acercamiento más profundo al estudio de campo. En esta etapa los cuestionarios fueron más estructurados porque era el momento en que buscábamos información más precisa sobre cómo la emisora reflejaba las funciones y principios del servicio público. Los cuestionarios se hicieron a partir de indicadores obtenidos de la definición de servicio público de radio.
Ahí se identificaron indicadores que conceptualizaban a cada una de las funciones de los contenidos (información, educación, cultura, entretenimiento, pluralidad de la información, diversidad de la información, participación, etc.). Estos indicadores se transformaron en preguntas de cuestionarios. Por ejemplo, para la subcategoría de pluralidad de la información revisamos su definición, luego identificamos los indicadores que lo caracterizan; cada indicador se convirtió en una o varias preguntas.
Ordenamos los cuestionarios en distintos bloques temáticos:
Datos biográficos y profesionales.
Concepto de servicio público.
Función social de los contenidos: función cultural, educación, información, entretenimiento.
Funciones sociales en los contenidos de la programación infantil.
Características de lo público en los contenidos: pluralidad, diversidad, participación, autonomía editorial.
Cualidades de los contenidos.
Valores sociales de los contenidos.
Articulación y estabilidad en la barra programática.
Proceso de producción y elaboración de guiones.
Relación con la sociedad: audiencia, compromiso social de los realizadores y la emisora.
Políticas institucionales: capacitación, políticas de programación, política editorial, estructura laboral, asignación de recursos y producciones.
Un tercer momento consistió en encuentros sólo con algunos entrevistados, los cuales podían proporcionar información más específica. Una ventaja de trabajar con una muestra relativamente pequeña ayudó a aproximarnos al campo mediante entrevistas semiestructuradas y a acercarnos a los informantes de manera flexible cada vez que necesitábamos ciertos datos o ampliar nuestra perspectiva. Incluso nos sirvió para contrastar lo que los realizadores decían con la forma en que producían en las cabinas. Aquí la técnica de la observación nos ofreció datos relevantes.
Cuarto periodo de estudio: cruzamiento de datos descriptivos y cualitativos. Tras haber realizado el análisis cualitativo de las características que fomentan los contenidos de Radio Educación, fue necesario regresar a un cuarto periodo de estudio de campo en el cual se contrastaran los argumentos provistos por los entrevistados con datos estadísticos encontrados en la programación. Se buscaban dos cosas primordialmente:
Medir con datos estadísticos a los grupos sociales y las instituciones más representados en los programas nos permitiría ayudar a medir los sectores de la población que participan en la programación. Asimismo, este trabajo estadístico permitió conocer las formas de participación de la audiencia y detectar cuáles son los valores sociales más referidos en los contenidos del corpus.
Contrastar los resultados estadísticos con los argumentos proporcionados por los entrevistados evitó basarse solamente en las interpretaciones hechas por los realizadores de los programas.
Los resultados estadísticos brindan descripciones parciales de la información obtenida; pero, a partir de ellos, no se puede evaluar las cualidades de la información, de la función educativa, cultural o de entretenimiento.
La explicación de esta estrategia metodológica fue necesaria para construir un corpus que proveyera herramientas para analizar de manera más concreta las funciones que desarrolla la emisora relacionadas con la producción y difusión de contenidos.
Conclusiones
Investigar el caso de la radio estatal en México y su relación con el servicio público ha sido un reto, mediante el cual se ha podido retratar una parte de la realidad en un momento histórico crucial para nuestro país. Los elementos teórico-metodológicos de estudio se engloban en la perspectiva de los estudios de la comunicación y la cultura. Se trata de un enfoque el cual nos permitió explicar cómo se entendía en el imaginario social de los realizadores la noción de servicio público cuando aún no había una política de Estado que lo definiera.
Mediante esta propuesta se pudo evidenciar que Radio Educación ha trazado un desarrollo distinto en comparación con la mayoría de las radios estatales en el país, principalmente porque tuvo una relación de mayor autonomía con respecto del gobierno que las otras emisoras. Es una radiodifusora que nació en medio de una coyuntura política caracterizada por un Estado que controlaba la información; como respuesta, la apertura de Radio Educación atrajo a realizadores jóvenes -simpatizantes del movimiento estudiantil del 68- con un compromiso intelectual y emocional y con fuertes deseos de cambiar esquemas sociales. Los primeros directores apoyaron sus ideas y las encauzaron, y eso fue fundamental para edificar cimientos tanto a nivel de producción como aquellos de carácter institucional que le dieron un perfil educativo y cultural a la emisora. El mismo contexto social facilitó la construcción de la audiencia, porque un sector de la sociedad, aunque reducido, buscaba otro tipo de información y entretenimiento a finales de los años sesenta.
Estos hechos encaminaron a la construcción de una radio educativa y cultural orientada a programar contenidos cercanos al perfil de servicio público, aun cuando los apoyos de algunos directivos y del gobierno en turno no fueran favorables para la emisora. En dicho proceso, el trabajo interno de algunos productores siguió siendo clave para que la XEEP continuara una trayectoria en esta dirección.
A falta de un marco legislativo que definiera el servicio público a nivel constitucional hasta el periodo estudiado, la buena relación de algunos directivos con funcionarios de la Secretaría de Educación Pública (particularmente, con el Consejo Nacional Para la Cultura y las Artes), y el hecho que Radio Educación se encontraba en la Ciudad de México, fueron aspectos claves para lograr ciertos avances en materia normativa.
Las circunstancias arriba mencionadas le permitieron ejercer un papel en la vida pública de la zona metropolitana y del país. Asimismo, hubo otras razones significativas relacionadas con la participación social para que Radio Educación fortaleciera su desarrollo: a) creó ciertos lazos en la Ciudad de México con ciertos sectores de la sociedad más interesados en contenidos culturales, educativos y de asuntos públicos y más politizados, lo cual permitió que estos grupos se identificaran con los contenidos ofertados por la emisora. Esta interrelación con la audiencia también tuvo que ver con la diversidad de la población, complejidad de la dinámica social y el mayor acceso a la educación y cultura que existe en la ciudad de México; b) los debates intensificados en torno a la relación Estado-medios-sociedad a principio de este siglo e impulsados por algunos grupos de la sociedad organizada y otros actores políticos se llevaron a cabo en el área metropolitana. Esto facilitó que Radio Educación se sumara a esta conversación nacional, específicamente en la discusión sobre la necesidad de que el Estado creara políticas públicas que otorgaran las condiciones jurídicas, tecnológicas y de autonomía política y económicas a los medios estatales, para que se fortalecieran institucionalmente y mejoraran sus actividades de programación.
La participación activa y crítica de los trabajadores de Radio Educación, especialmente la de los realizadores fue fundamental para el fortalecimiento de las actividades de programación y administración de la emisora. Algunos realizadores jugaron un papel esencial en dicho debate nacional, pero sobre todo contribuyeron -desde sus actividades cotidianas e imaginario social- a la elaboración de una noción de servicio público.
La construcción de esta noción fue crucial para conocer cuáles eran los elementos que Radio Educación iba abonando en su quehacer cotidiano para constituirse como un medio de servicio público.
En conclusión, hasta el 2006, Radio Educación era una emisora estatal que no era reconocida jurídicamente como un medio público porque en México no había un marco legislativo que lo definiera como tal; tampoco gozaba de condiciones que le garantizaran una autonomía política real, que, entre otras cuestiones, la respaldaran para diseñar políticas institucionales que le permitieran potencializar el desarrollo del servicio público y la inclusión de la sociedad civil en su gestión. Sin embargo, ante tal ausencia legal y política, muchos de los realizadores, desde su quehacer cotidiano y su insistencia por incidir en el desarrollo de los medios públicos en el país, fueron elaborando desde su imaginario social una noción de servicio público, cuyos principios se reflejaban en las actividades de programación de la emisora.
Así es como Radio Educación construía, desde lo cotidiano, una noción de lo que podría ser un medio público en México y en una referencia para otros medios estatales y culturales del país.