DEL
AMOR AL ODIO: RUTINAS Y LENGUAJE USADO EN LA COBERTURA DE LA SELECCIÓN MEXICANA
EN BRASIL 2014
Rubén
Arnoldo González Macías
Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla
Resumen
En este artículo se describe cómo
fue la cobertura de la Selección Mexicana durante su participación en la Copa
del Mundo Brasil 2014, para lo cual se realizó un análisis de contenido de los
cuatro periódicos deportivos nacionales.
Los resultados apuntan, por un lado, a que las rutinas de trabajo de los
reporteros de la fuente son similares al resto de la prensa y, por otro, que en
el lenguaje usado proliferan los adjetivos.
Palabras
clave:
Selección Mexicana, Brasil 2014, periodismo deportivo, rutinas periodísticas,
lenguaje periodístico
Abstract
The aim of this paper is to describe the coverage that
the Mexican National Football Team got during its participation in the Brazil
2014 World Cup. Through a content analysis of the four national sports
newspapers, the results show – on the one hand – that there is a shared set of
routines between sports journalists and their colleagues from different bits,
and – on the other – that the language of the stories is full of adjectives.
Key words: Mexican National Football Team, Brazil 2014 World
Cup, sports journalism, journalistic routines, journalistic language
1.-
Introducción
En términos
futbolísticos, cada cuatro años se vive la mayor competición a nivel global: la
Copa del Mundo. En este evento coinciden las supuestas mejores selecciones del
planeta. Empero, no sólo futbolistas y entrenadores se dan cita ahí, sino
también aficionados, promotores, patrocinadores, medios de comunicación y un
largo etcétera. Sin mencionar una audiencia de millones de receptores que
siguen los partidos y los pormenores de las selecciones participantes;
convirtiéndolo en un evento no sólo deportivo, sino también mediático,
comercial y cultural. Es precisamente por lo anterior que los mundiales
representan una excelente oportunidad para la investigación académica en el
ámbito de la comunicación.
En ese sentido, este
artículo tiene como objetivo describir cómo fue la cobertura que la Selección
Nacional Mexicana, también llamada coloquialmente como el Tri,
recibió por parte de la prensa deportiva en México. Con base en un análisis de
contenido de los cuatro periódicos nacionales especializados en deportes (Estadio, Esto, Récord y Ovaciones), este estudio ofrece una aproximación
a la labor periodística de dichos diarios en dos sentidos: Rutinas de trabajo
de los reporteros y lenguaje utilizado en los textos informativos. La evidencia
empírica que se presentará más adelante indica que, más allá de las diferencias
inherentes entre las publicaciones analizadas, existe una evidente homogeneidad
entre la prensa deportiva en cuanto a los dos rubros antes mencionados.
Es por lo anterior que
el contenido de este ensayo está
organizado de la siguiente manera: Primeramente, se presentará un panorama
básico acerca de la literatura académica sobre el periodismo deportivo en
general, y el enfocado al futbol en particular. En segundo lugar, se explicará
el planteamiento del problema y la metodología que se siguió para realizar esta
investigación. Posteriormente se hará el análisis de los resultados obtenidos a
partir del seguimiento de las notas informativas sobre el equipo mexicano. Acto
seguido, en el cuarto apartado se discuten las implicaciones de los hallazgos,
tanto en el ámbito del periodismo deportivo como en el de la prensa mexicana en
general. Finalmente, el artículo cierra con unas breves conclusiones.
2.-
El periodismo deportivo desde la literatura académica
En términos
históricos, se considera al periodismo deportivo como el precursor del
periodismo especializado (Rowe, 1996; Domínguez, 2009). Sin embargo,
paradójicamente, es también el que menos ha evolucionado a través del tiempo
(Domínguez, 2009). Y es que, desde sus orígenes, se ha caracterizado por una
ausencia de rigor periodístico en su práctica cotidiana. Esta situación se
empezó a hacer evidente cuando aquellos aspirantes a reporteros que no cumplían
con los estándares mínimos de calidad, eran relegados a la sección de deportes,
en la que había una menor exigencia para publicar (García, 2004).
Es por lo anterior que
el periodista deportivo “se olvida con frecuencia de su responsabilidad
profesional, apenas sirve a la información y cae en el entusiasmo fácil, en los
juicios particulares y en la crítica sin fundamento” (Hernández, 2003, p.16).
Es decir, generalmente su trabajo está marcado por una incapacidad o, al menos,
falta de interés por elaborar un mensaje que ofrezca una lectura significativa
y/o racional de la información que se genera en su fuente (Boyle, Dinan &
Morrow, 2002). Como resultado, en el mensaje periodístico deportivo se
sobrevalora lo especulativo por encima del dato duro (Kelly, 2011).
A pesar de esta imagen
negativa más o menos generalizada en la literatura académica, lo cierto es que,
en la práctica, la calidad de la cobertura deportiva pasa a un segundo plano en
comparación con la dimensión económica (Boyle, Dinan & Morrow, 2002; Rowe,
1996 y 2007). Y es que, debido a que el deporte en general tiene literalmente
una aceptación global, la prensa le otorga una atención especial (Whannel,
1985; Bishop & Jaworski, 2003); al grado de que las secciones deportivas se
han convertido en una de las principales fuentes de financiamiento de la
mayoría de los medios de comunicación, ya que éstas cuentan con los
patrocinadores más importantes (Rowe, 1996; Pérez, 2009). Sin embargo, como
resultado de un incesante proceso de internacionalización y comercialización,
este fenómeno es particularmente evidente en el futbol (Ramírez, 1986; López,
Guerrero & Haynes, 2012; Helal, 2014); disciplina que se ha convertido en
la más popular del mundo (Alabarces, Tomlinson & Young, 2001; Griggs &
Gibbons, 2012).
Al inicio de esta
sección se mencionó que el periodismo deportivo era considerado el primer tipo
de periodismo especializado pero, según Domínguez (2009), también podría
considerársele como el precursor del periodismo de espectáculos. Lo anterior
precisamente por la naturaleza espectacular del deporte, que le acerca
claramente al ámbito del entretenimiento. De hecho, más allá de meros eventos
deportivos, competencias como los Juegos Olímpicos o los mundiales de futbol
son también eventos mediáticos (Whannel, 1985; Medina, 1995; Rowe, 1996; Alonso
& Ávalos, 2013). Al igual que programas como los ‘reality shows’, dichas
competiciones comparten algunas de las siguientes características: Se organizan
con mucha antelación, son ampliamente publicitados, mantienen la atención del
público, interrumpen la programación habitual de los medios, y se estructuran
bajo una narrativa en la que se destaca alguna figura heroica, entre otras
(Alabarces, Tomlinson & Young, 2001). En ese sentido, ciertas disciplinas
deportivas, en especial el futbol, están plagadas de estrellas y celebridades
(Boyle, Dinan & Morrow, 2002; Vincent, Kian, Pedersen, Kuntz & Hill,
2010); quienes además de atletas o entrenadores, son los rostros de marcas
comerciales, ‘cantan’ o ‘actúan’, y están constantemente bajo el escrutinio
mediático, tanto por los periodistas deportivos como por la llamada prensa
‘rosa’ o ‘del corazón’.
Además de cuestionar
su calidad, resaltar su impacto económico y sus vínculos con el mundo del
espectáculo, la literatura académica sobre el periodismo deportivo – más
específicamente sobre el futbol - ha tomado principalmente dos caminos: El
primero se ha interesado en la relación entre la cobertura de ciertas
competiciones, como la Copa del Mundo, y la identidad nacional. A partir del
estudio de los contenidos, el segundo enfoque ha buscado entender la producción
de noticias deportivas y las rutinas de los reporteros de la fuente.
Por lo que respecta al
primer conjunto de estudios, los enfocados en la noción de identidad nacional,
el argumento central es explicar de qué manera se construye – a partir del
contenido mediático - la idea de ‘nación’ como un colectivo imaginario y
homogéneo (Bishop & Jaworski, 2003; Griggs & Gibbons, 2012). Es decir,
la prensa se convierte en el eslabón que conecta a un partido de futbol con los
conceptos de país, cultura e identidad nacional (Vincent, Kian, Pedersen, Kuntz
& Hill, 2010). En ese sentido, el evento deportivo trasciende lo que sucede
en la cancha y se inserta en el proceso de generación de significados sociales
y culturales (Alabarces, Tomlinson & Young, 2001) [1].
Por otro lado, en
cuanto al enfoque relacionado con la construcción del mensaje noticioso
deportivo, la literatura académica acusa de una evidente falta de trabajos que
desmenucen el contenido de la prensa deportiva, no para vincularlo con la
noción de identidad nacional, sino para entender las rutinas periodísticas
vigentes en dicha fuente; lo cual es el objetivo de este artículo. En ese
sentido, importa destacar al menos cuatro trabajos en particular: Primeramente,
sin especificar un caso en particular, Medina (1995) hizo un detallado análisis
del lenguaje de los periodistas deportivos a la hora de narrar lo que acontece
en los partidos. En segundo lugar, a través de un estudio de caso sobre la
venta del equipo Celtic de Glasgow (Escocia), Boyle, Dinan & Morrow (2002) evaluaron
la cobertura que recibió esta situación por parte de la prensa deportiva; la
cual puso de manifiesto las carencias de los reporteros de la fuente para darle
sentido a la información que se generó al respecto. En tercer lugar, Rowe
(2007) analizó los resultados para Australia de la Encuesta Internacional de la
Prensa Deportiva (International Sports Press Survey) del 2005; en la que se
evidencia una serie de rutinas como la dependencia en sólo ciertas fuentes de
información, favorecer el comentario personal por encima del dato, y la
monotonía de temas, entre otras. Finalmente, López, Guerrero & Haynes
(2012) concluyeron que la cobertura antes, durante y después del ‘clásico’
español fomentó la idea de conflicto entre los actores involucrados (jugadores
y entrenadores, tanto actuales como anteriores).
En el caso particular
de México, la literatura académica sobre el balompié presenta una tendencia
similar. Es decir, hay una vasta obra que vincula a esta disciplina con la
cultura e identidad nacional, pero no abundan los trabajos sobre periodismo
deportivo como tal[2];
lo cual refuerza la contribución de este artículo. En cuanto al primer grupo de
textos, destacan los vínculos de equipos como América, Guadalajara, Necaxa y Santos
Laguna con la identidad de las ciudades que los albergan (Varela, 2009;
Fábregas, 2009; Zepeda, 2009; Chong, Gavaldón & Aguilar, 2009). En ese
mismo sentido, Magazine, Martínez y Ramírez (2011) estudiaron el concepto de
identidad regional a través de las porras de diferentes equipos del país. Con
un enfoque diferente, pero sin salirse del ámbito social, Fregoso (1993)
presentó los resultados de una encuesta realizada en Guadalajara antes del
Mundial de México 1986, en la que mide el nivel de conocimiento e interés de
los tapatíos con respecto de dicho evento. Más recientemente, y con un claro
enfoque feminista, Hernández (2014) compiló una serie de textos en los que
académicas y periodistas debaten en torno al futbol. Finalmente, en cuanto a la
producción del discurso periodístico, destaca un breve reporte de un análisis
de contenido realizado por Ramírez (1986), en el que describe la cobertura de
este deporte en la prensa escrita de Guadalajara.
3.-
Problematización y metodología
A continuación se
detalla la construcción del problema de estudio y la manera en la que se llevó
a cabo esta investigación. Por lo que respecta a lo primero, es importante
aclarar que el objetivo de este artículo es describir cómo fue la cobertura que
la Selección Mexicana de Futbol recibió por parte de la prensa deportiva
nacional durante su participación en la Copa del Mundo Brasil 2014. Para lo
cual, se analizó el contenido de los textos noticiosos con base en las nociones
de rutinas periodísticas y el lenguaje utilizado.
En cuanto al primer
concepto, cabe mencionar que si la noticia es considerada un producto, entonces
no es creada de manera fortuita, sino que es el resultado de un proceso. Por
este motivo, el hecho de que haya una lógica detrás de ella significa que es
producida bajo ciertas rutinas, las cuales organizan y facilitan la labor
periodística (Tuchman, 1972; Schlesinger, 1978; Schudson, 2005; Shoemaker &
Reese, 1996). Puesto que la noticia es una construcción social, las rutinas que
la producen son también el resultado de un acuerdo entre los actores
involucrados en el proceso (Schudson, 1989; Alsina, 2005). La contribución de
estas rutinas radica en que se convierten en el esquema que guía a los
reporteros en el campo, y dicho marco de referencia es construido a partir de
una serie de actividades aceptadas y repetidas. Este concepto también está
asociado con la noción de fuentes,
las cuales representan la diversidad de temas e informantes a los que los
periodistas recurren para obtener datos.
Por otro lado, la
cuestión del lenguaje usado en los textos se abordó partiendo de la noción del periodismo narrativo; el cual busca
presentar la información de una manera más estética y cercana al lector
(Hernández, 2013; Harbers & Broersma, 2014). Al ser un género híbrido
resulta ser problemática su evaluación, ya que se enfrenta al reto de respetar
la veracidad de los hechos y, además, escribir de forma cercana al discurso
literario. Este tipo de práctica periodística implica la abierta aceptación de
la subjetividad, entendida como el involucramiento personal del reportero a la
hora de escribir su nota; lo cual se hace evidente a través de ciertas
expresiones de afecto, juicios o evaluaciones de personas u objetos (Hsieh,
2008; Wahl-Jorgensen, 2012). En ese sentido, el periodismo narrativo busca
encontrar el punto medio entre informar y provocar diversas emociones en el
receptor.
Como complemento a la
problematización, es importante señalar que ésta es una investigación
exploratoria de corte cuantitativo, lo que significa que se buscaron tendencias
para establecer generalizaciones basadas en datos numéricos. Es decir, la
evidencia empírica se midió a partir de una muestra lo suficientemente amplia y
representativa. Para lograrlo, se recurrió a la técnica del análisis de contenido, la cual es una
herramienta ampliamente usada para buscar tendencias en los mensajes
mediáticos. En términos concretos, su utilidad radica en que permite medir,
describir y analizar la forma en la que se construyen diferentes tipos de
contenidos. Como resultado, se obtiene una aproximación a la lógica que hay
detrás del proceso de producción de mensajes (Berger, 1998).
En el caso de esta
investigación, primeramente se estableció un periodo de tiempo comprendido del
siete de junio al primero de julio del 2014, fechas que coinciden con la salida
de la Selección Nacional Mexicana hacia Brasil y su posterior regreso a México,
respectivamente. En segundo lugar, se eligieron a los cuatro periódicos de
circulación nacional enfocados exclusivamente a los deportes: Estadio, Esto, Récord y Ovaciones. Finalmente, se tomaron como
unidades de análisis todas las noticias relacionadas directa y explícitamente
con el equipo mexicano, tanto en temas estrictamente deportivos
(entrenamientos, partidos, rivales…) como extradeportivos (aficionados que los
acompañaron, aspectos familiares y personales, rumores de transferencias…). Sin
embargo, en el análisis sólo se incluyeron textos meramente informativos (como
notas o entrevistas) y se descartaron los géneros opinativos (como columnas y
editoriales); así como videos, galerías de fotos, caricaturas y demás
contenidos no necesariamente noticiosos. Los textos fueron analizados con base
a los siguientes parámetros: Tipo de cabeza, género periodístico, uso de
adjetivos, tema, personajes y fuentes de información.
Los textos analizados
fueron revisados directamente en los sitios de internet de cada uno de los
periódicos, lo cual se realizó diariamente durante el periodo antes mencionado.
Esto y Estadio ofrecen la posibilidad de leer en línea la edición impresa
diaria, así que en estos casos se tuvo acceso a la misma versión que circuló en
papel. Por otro lado, Récord subía
información a lo largo del día, por lo que se consultaba su página
constantemente hasta asegurarse que todas las notas del día hubieran sido
contabilizadas. Por su parte, Ovaciones
fue el medio que menos notas publicaba en su sitio y el que más se tardaba en
actualizar la información; razón por la cual fue el periódico del que menos textos
se analizaron. En ese sentido, a continuación se señala el tamaño de la muestra
utilizada en esta investigación:
|
Estadio |
Esto |
Récord |
Ovaciones |
Total |
Textos analizados |
161 |
266 |
335 |
63 |
825 |
4.-
Análisis de los resultados
En esta sección se
explican los resultados del análisis de contenido referente a la cobertura de
la participación de la Selección Mexicana de Futbol en el Mundial Brasil 2014.
Los hallazgos son presentados en gráficas en las que se refleja la manera en la
que cada periódico deportivo publicó la información en términos de tipos de
cabeza[3],
géneros periodísticos, uso de adjetivos, temas, personajes y fuentes de
información.
Tamaño de muestra: -Estadio: 161 notas -Esto: 266 notas -Récord: 335 notas -Ovaciones: 63 notas
Gráfica
1 Tipo de cabeza usado en los textos informativos.
Con excepción de Récord, tres de los cuatro periódicos
analizados privilegiaron el uso de encabezados editorializados para titular sus
textos (Estadio 55.9%, Esto 66.92% y Ovaciones 50.79%), por encima de los otros tipos; mientras que la
cabeza informativa sólo fue la más utilizada por el primer diario (55.82%).
Cabe señalar que la decisión de usar una cabeza editorializada en lugar de una
informativa es un recurso al que los editores recurren para hacer más atractiva
la nota; lo cual responde a la naturaleza espectacular del deporte comentada
previamente en la revisión de la literatura (por ejemplo Medina, 1995; Boyle,
Dinan & Morrow, 2002; Vincent, Kian, Pedersen, Kuntz & Hill, 2010). Por
su parte, el uso de citas textuales o indirectas no tuvo un patrón claro entre
la prensa deportiva mexicana, puesto que únicamente Estadio y Esto
presentaron un comportamiento similar al respecto.
Tamaño de muestra: -Estadio: 161 notas -Esto: 266 notas -Récord: 335 notas -Ovaciones: 63 notas
Gráfica
2 Géneros periodísticos utilizados en los textos analizados.
La información acerca
de la participación del Tri en el
Mundial del 2014 fue presentada a través de diferentes géneros periodísticos,
dentro de los cuales destacaron ampliamente la nota informativa y la
entrevista, mientras que el reportaje resultó ser el menos utilizado. Esta
situación es un reflejo de lo que más adelante se explicará en la última
gráfica, la referente a las fuentes de información usadas por los medios
mexicanos durante el evento futbolístico. El hecho de que se publicaran más
notas de color que trabajos de investigación no es un dato menor, representa
una tendencia ya mostrada antes por el periodismo mexicano (ver por ejemplo
Riva Palacio, 1997; González, 2013; Reyna, 2014). Finalmente, resulta
interesante subrayar que en cuanto al uso de los diferentes géneros
periodísticos, la prensa deportiva nacional presentó una uniformidad más que
clara, puesto que los cuatro periódicos analizados mostraron el mismo patrón.
Tamaño de muestra: -Estadio: 161 notas -Esto: 266 notas -Récord: 335 notas -Ovaciones: 63 notas
Gráfica
3 Uso de adjetivos calificativos en los textos periodísticos.
Aunque este tema se
retome de manera más amplia en la siguiente sección, en donde se discutirán los
hallazgos, el uso de adjetivos[4]
durante la cobertura de la Selección Nacional Mexicana en Brasil 2014 ayuda a
evaluar el desempeño de la prensa especializada durante el evento futbolístico.
Los resultados indican que, con base en este aspecto, los diarios nacionales
publicaron constantemente textos en los que utilizaron adjetivos calificativos.
No obstante, la frecuencia con la que lo hicieron no fue la misma: Mientras que
en Esto y Ovaciones su uso fue más frecuente (85% y 75%, respectivamente), Estadio y Récord fueron un tanto más mesurados al respecto (59% y 55%,
respectivamente). Importa señalar que estos datos también son consistentes con
buena parte de la literatura sobre periodismo deportivo consultada para este
estudio, en la que se hace el mismo señalamiento hacia el uso permanente de
calificativos (por ejemplo Medina, 1995; Alabarces, Tomlinson & Young,
2001; Kelly, 2011; López, Guerrero & Haynes, 2012).
Tamaño de muestra
basado solamente en las notas que incluyeron adjetivos: -Estadio: 59% -Esto: 85% -Récord: 55% -Ovaciones: 75%
Gráfica
4 Tipo de adjetivo usado en los textos informativos.
Esta gráfica es una
continuación de lo anterior. Aquí se desglosa el tipo de adjetivo utilizado en
los textos periodísticos analizados. De nueva cuenta, la prensa deportiva
mexicana presentó un comportamiento homogéneo, puesto que se encontró la misma
relación entre adjetivos considerados positivos y negativos, teniendo casi tres
de los primeros por cada uno de los segundos. Como se verá en la siguiente
gráfica, esta situación no es fortuita, sino que es un reflejo del desempeño
del Tri durante su participación en
la Copa del Mundo del 2014.
Gráfica
5 Uso de adjetivos usados en los textos informativos durante
el periodo de análisis.
El patrón de uso de
adjetivos por parte de la prensa deportiva mexicana está directamente vinculado
con la participación de la Selección Nacional. Y es que, como lo indica la
gráfica, los picos más altos en cuanto al uso de calificativos coinciden con
las fechas de los partidos jugados (13, 17, 23 y 29 de junio) y el día
posterior, por ser cuando en su versión impresa los periódicos le dieron mayor
espacio a los resultados de cada juego. Asimismo, la relación entre adjetivos
positivos y negativos dependió del resultado del encuentro: En la fase de
grupos, el Tri venció a Camerún,
empató con Brasil y le ganó a Croacia; pero perdió ante Holanda en octavos de
final. Si bien los calificativos favorables siempre fueron mucho más frecuentes
durante todo el periodo del estudio, debido a la percepción generalizada de que
el equipo hizo un buen papel, en su último partido aumentaron
significativamente los negativos. Es importante señalar que buena parte de
estos últimos no estuvieron dirigidos sólo a los jugadores mexicanos, sino al
árbitro y, en especial, al delantero holandés Arjen Robben, por supuestamente
fingir un penal hacia el final del encuentro. La razón de lo anterior estriba
en que “la narración [periodística] obedece a la lógica del momento y de la
circunstancia” (Araya, Bravo & Corrales, 2000).
Estas cifras son
frecuencias individuales, por lo que su sumatoria no es 100%. Tamaño de
muestra: -Estadio: 161 notas -Esto: 266 notas -Récord: 335 notas -Ovaciones: 63 notas
Gráfica
6 Temas abordados en los textos informativos.
En cuanto a los temas
abordados por los periódicos deportivos mexicanos durante la competencia,
destaca nuevamente un cierto nivel de homogeneidad: Por un lado, Esto y Ovaciones y, por el otro, Estadio
y Récord presentaron tendencias muy
parecidas. Empero, los cuatro diarios coincidieron en que los temas más
abordados fueron los rivales y una serie de diversos tópicos agrupados como
‘otro’. En esta categoría se incluyeron cuestiones como los festejos de los
aficionados, la vida privada de los jugadores (familia y lo que publicaban en
sus redes sociales, principalmente), descripciones de los estadios y sedes de
concentración del equipo, entre otros. Una vez más, estos resultados son
consistentes con otros casos como el de la cobertura de la Selección de
Inglaterra durante la Eurocopa del 2004 (Boyle & Monteiro, 2005), o el de
las rutinas cotidianas de la prensa deportiva australiana (Rowe, 2007).
Estas cifras son
frecuencias individuales, por lo que su sumatoria no es 100%. Tamaño de
muestra: -Estadio: 161 notas -Esto: 266 notas -Récord: 335 notas -Ovaciones: 63 notas
Gráfica
7 Personajes mencionados en los textos periodísticos.
Como era de esperarse,
los jugadores de la Selección Mexicana fueron los personajes de los que más se
habló durante la cobertura de Brasil 2014, puesto que los cuatro periódicos
deportivos coincidieron en ese aspecto. Asimismo, en tres de dichos medios (Estadio, Esto y Récord) se presentó una tendencia muy parecida al momento de
referirse a los diferentes actores que participaron en esta competencia:
Jugadores, otro, rivales y entrenador, en ese orden. Al igual que en la gráfica
anterior, la categoría de ‘otro’ aglutinó a una serie personas como
aficionados, árbitros, políticos, exfutbolistas, jugadores mexicanos no
convocados y entrenadores, por citar sólo algunos. De nueva cuenta, estos
resultados refuerzan el concepto de ‘Star System’ deportivo, en el cual
jugadores y entrenadores reciben un trato de celebridades y se le da
seguimiento a todo lo que hacen, tanto dentro como fuera de la cancha.
Tamaño de muestra: -Estadio: 161 notas -Esto: 266 notas -Récord: 335 notas -Ovaciones: 63 notas
Gráfica
8 Fuentes de información usadas en los textos periodísticos.
El último aspecto
analizado en este estudio tiene que ver con las fuentes de información
utilizadas para la cobertura del Tri
en la Copa del Mundo 2014. Si bien hay ciertas diferencias entre los cuatro
periódicos deportivos, también hay tres coincidencias importantes:
Primeramente, en promedio, la prensa
mexicana utilizó en el 52% de las notas (Estadio 53%, Esto 54%, Récord 41% y Ovaciones 60%) las fuentes ‘tradicionales’ (ruedas de prensa,
entrenamientos y partidos); situación que pone de manifiesto sus rutinas
cotidianas de trabajo, en las que se le da una marcada preferencia a los
actores e instituciones oficiales. Es
decir, aquellos que son los proveedores habituales de información. Y es que “el
reportero de futbol opera en un mundo cerrado” (Boyle, Dinan & Morrow,
2002, p.164) y, aunque cubra un evento fuera de su país, continuará con sus
mismas prácticas.
La segunda coincidencia,
estrechamente vinculada con la anterior, tiene que ver con la poca
investigación que estos diarios realizaron durante el periodo de estudio (4.5%
en promedio general) y, como consecuencia, las limitadas entrevistas exclusivas
que publicaron (6.5% en promedio general). Estos dos últimos datos refuerzan lo
que previamente se mencionaba en la segunda gráfica, referente a los géneros
periodísticos, en la que se señalaba la clara ausencia de reportajes y, por
ende, investigación periodística.
Finalmente, la tercera
coincidencia estriba en que todas las publicaciones tuvieron como principal
proveedor de información a diversas fuentes incluidas en la categoría de ‘otra’
(Estadio 33%, Esto 38%, Récord 46% y Ovaciones 32%). Aquí entraron las redes
sociales (de jugadores, entrenadores, equipos, artistas, políticos y un largo
etcétera), medios de comunicación extranjeros y reportes de empresas
encuestadoras, entre otras.
5.-
Discusión de los hallazgos
La discusión de los
resultados se enfocará en dos aspectos: Primeramente, se reflexionará sobre las
rutinas periodísticas que manifestó la prensa deportiva mexicana durante la
cobertura del Tri en Brasil 2014. En
segundo lugar, se profundizará en el tema del lenguaje usado por los reporteros
a la hora de redactar sus textos.
Por lo que respecta a
las rutinas de trabajo, la evidencia empírica muestra que – con ciertas
diferencias inherentes – los cuatro periódicos deportivos analizados
presentaron una evidente homogeneidad a la hora de cubrir la participación de
la Selección Mexicana en la última Copa del Mundo. Esta situación se puede
apreciar tanto en los géneros
periodísticos y fuentes de
información utilizados, como en los temas
y personajes abordados.
Géneros y fuentes están estrechamente vinculados,
puesto que la cantidad y calidad de las segundas determinan en buena medida a
los primeros. En otras palabras, la riqueza y diversidad de los textos
periodísticos estriba en el tipo de datos que el reportero aporte; lo cual
significa que existe una relación directamente proporcional entre las fuentes
de información y la posibilidad de presentarla de diferentes maneras al lector.
En ese sentido, es comprensible que el 84.86% de los trabajos periodísticos
analizados fueran notas informativas y entrevistas, si en promedio, los
periódicos deportivos nacionales utilizaron en el 52% de dichos textos sólo las
fuentes ‘tradicionales’ (ruedas de prensa, entrenamientos y partidos).
De ahí que tampoco
resulte tan extraordinario el dato de que, durante la cobertura periodística
del Tri, los diarios especializados
hayan publicado en promedio más notas de color (11.92%) que reportajes (0.48%).
Lo que se explica al recordar lo que la gráfica 8, la correspondiente a las
fuentes de información, indica con respecto al uso de la investigación propia
como origen de las noticias publicadas (4.5% en promedio) y la búsqueda de
entrevistas exclusivas (6.25% en promedio).
De lo anterior se
desprende una crítica recurrente al periodismo mexicano: Su excesiva
dependencia en las declaraciones en detrimento de los datos duros (Riva Palacio,
1997; Lichfield, 2000; González, 2013). Es decir, de manera recurrente algunos
periodistas en México tienden a recolectar dichos de alguien (principalmente alguna
autoridad) en lugar de datos sobre los hechos; sin importar si lo que se dice
es cierto o, por lo menos, tiene algún sentido. Es precisamente por lo anterior
que, como lo indican los resultados aquí presentados, la dependencia en las
fuentes oficiales genera que sólo ciertos temas tengan cabida en los medios y,
por ende, sólo ciertas voces sean incluidas en los contenidos.
En defensa del
periodismo deportivo, si es que cabe, es importante señalar que los datos de
esta investigación son consistentes con otros estudios sobre las rutinas de
trabajo de la prensa mexicana en general (ver por ejemplo Riva Palacio, 1997;
Márquez, 2012; González, 2013; Reyna, 2014); a la que se le señala de no hacer
investigación periodística, presentar sólo la versión oficial y, por tanto,
depender de la agenda del gobierno en lugar de apostar por una agenda propia,
entre otros aspectos. Empero, no únicamente los medios en México presentan
estas características, diversos estudios hacen el mismo señalamiento a nivel
internacional (ver por ejemplo Tuchman, 1972; Schlesinger, 1978; Schudson, 2005).
Por otra parte, y en
cuanto al lenguaje empleado por los reporteros, los hallazgos permiten una
reflexión acerca del uso de adjetivos, el periodismo narrativo, y la
objetividad. Para hablar del lenguaje empleado en esta fuente periodística,
cabe recordar los datos presentados en la sección anterior sobre la utilización
de adjetivos (gráficas 3, 4 y 5). Se mencionaba que poco más de dos terceras
partes (68.5%) de las notas publicadas contenían algún calificativo y, de
ellos, el 74.75% eran positivos, mientras que el restante 25.25% fueron
negativos. Como se señaló en su momento, el caso de la prensa mexicana no es
extraordinario en este aspecto, ya que esta situación es común en otras partes
del mundo. La razón de ello es que el discurso periodístico deportivo se
construye a partir de la noción de triunfo/fracaso o bueno/malo (Medina, 1995;
Alabarces, Tomlinson & Young, 2001; López, Guerrero & Haynes, 2012).
Por tanto, en este tipo de contenido “predominan los adjetivos de carácter
valorativo, negativos y positivos, con la pretendida misión de exagerar el
triunfo o la derrota, de conseguir la exaltación máxima o de marcar la bajeza
más vil” (Hernández, 2003, p. 110).
El adjetivo como
recurso estilístico responde a la necesidad de presentar el evento deportivo
como un espectáculo, tal como se explicó en el apartado de la revisión de la
literatura. En ese sentido, el reportero de esta fuente recurre frecuentemente
a los calificativos con el fin de imprimirle una mayor emotividad a sus notas;
para lo cual, utiliza una serie metáforas (Medina, 1995; García, 2004; Vincent,
Kian, Pedersen, Kuntz & Hill, 2010): “El anfitrión y Pentacampeón del mundo chocó contra
un muro de acero llamado Guillermo Ochoa, el cual no pudieron derribar ni con
el tanque comandado por Neymar” (Récord,
17 de junio del 2014). El uso indiscriminado de adjetivos provoca que el
periodista “suele limitarse a narraciones de sucesos deportivos que no pocas
veces son meros compendios de frases trilladas o instrumentos retóricos
perfectamente conocidos” (Domínguez, 2009). Sin embargo, más allá de lo
atractivo que pudiera llegar a resultar este lenguaje, se corre el riesgo de
“mistificar en lugar de clarificar el entendimiento” (Kelly, 2011, p.421):
Las
formas no valen, cuando el resultado es el mismo… Llegó la cita para México. La
cita con la historia. La cita con el cambio de talla. Y el resultado fue el
mismo. Un Mundial emotivo, pero no distinto (Ovaciones, 30 de junio del 2014).
Aunque no
necesariamente se asume como tal, al menos no por los propios reporteros de la
fuente, el uso de la metáfora podría parecer a simple vista un guiño al periodismo
narrativo o literario. Empero, no debe ser considerado como una pieza de
periodismo narrativo “cualquier texto periodístico plagado de malos adjetivos o
torpes afanes estilísticos” (Hernández, 2013, p. 32); tal como el siguiente
ejemplo: “El partido esperado. El más difícil del grupo. Pero nadie se achica.
Nadie se raja. A nadie le tiemblan las piernas” (Esto, 16 de junio del 2014).
La crítica más frecuente
al periodismo narrativo, y por añadidura al periodismo deportivo en este
artículo, se centra en la cuestión de la objetividad. Considerando la imposibilidad
de alcanzar plenamente el ideal de la objetividad periodística (ver por ejemplo
Tuchman, 1972; Schlesinger, 1978), conviene entonces evaluar el trabajo de la
prensa en general, y la deportiva en particular, bajo la lente de la
subjetividad. Si bien los resultados de este estudio no permiten establecer
conclusiones al respecto del balance entre objetividad y subjetividad del contenido
de las notas analizadas (lo cual implicaría otro tipo de investigación
estructurada bajo los cánones del periodismo
narrativo) se puede inferir que la prensa deportiva mexicana sí busca
emocionar e informar a su público. Más allá del uso adecuado o inadecuado de
adjetivos, lo anterior puede intuirse por el empleo de cabezas editorializadas
en casi la mitad de los textos publicados durante el periodo de estudio (48.11%
en promedio). Más que meramente informar, este tipo de encabezados pretende
llamar la atención del receptor para que lea todo el texto, con el que
idealmente se informará sobre el suceso
reportado.
6.-
Conclusiones
Una mirada cercana a
la cobertura de la participación de la Selección Mexicana en el Mundial de
Brasil 2014 contribuye al entendimiento de la prensa deportiva nacional y su
forma de trabajar. Al analizar sus rutinas de trabajo y el lenguaje utilizado
en sus notas, se pueden establecer dos conclusiones: En primer lugar, la
cobertura del Tri estuvo determinada
por una evidente dependencia en las fuentes de información ‘tradicionales’
(ruedas de prensa, entrenamientos y partidos), lo que generó que la amplia mayoría de los textos tuvieran los formatos
de notas informativas y entrevistas; lo cual puso de manifiesto que los medios
analizados le otorgaron un espacio muy limitado a la investigación
periodística. De tal suerte que, a pesar de su carácter especializado y del
tipo de temas que cubre, el periodismo deportivo no es tan diferente al resto
de la prensa en México. Y es que ambos comparten lo que parecen ser los mismos
esquemas de producción de noticias. Un ejemplo de ello es la abundancia de
declaraciones en detrimento de datos duros.
En segundo lugar, el
análisis de contenido también aportó elementos para entender el lenguaje
utilizado por los periodistas en sus reportes sobre el equipo mexicano de
futbol. En ese aspecto, destacó el constante uso de adjetivos calificativos,
tanto positivos como negativos, en poco más de las dos terceras partes de los
textos analizados; el empleo de metáforas, no siempre las más adecuadas, y una
redacción muy coloquial. Lo anterior pudiera considerarse como un intento por
practicar el periodismo narrativo. Asimismo, si bien el uso de adjetivos fue la
constante durante todo el periodo de estudio, cabe señalar que su cantidad y
tipo dependieron directamente de los resultados de los partidos. Es decir, para
la prensa deportiva nacional, la selección fue tan buena o mala como el
marcador final: Cuando ganaba abundaron los calificativos positivos y cuando
fue eliminada aparecieron los negativos.
Finalmente, importa
señalar que – a pesar de que se trata de un estudio meramente exploratorio –
este artículo contribuye a la literatura académica sobre el periodismo
deportivo mexicano, porque aporta una mirada a la manera en la que se
estructura la producción de sus mensajes. Asimismo, también abre la puerta a
nuevos estudios que puedan abordar este fenómeno desde otras ópticas y que enriquezcan
su entendimiento. En ese sentido, se sugiere una futura agenda de investigación
que incluya aspectos como los siguientes: Un análisis de contenido comparado entre la cobertura de un evento
como la Copa del Mundo y la que recibe cotidianamente la liga local. Desde un
punto de vista más cualitativo, y a través de entrevistas a profundidad, sería útil conocer la percepción de los
reporteros de la fuente con respecto a su trabajo. Incluso, tal y como lo
sugieren Hanusch & Obijifor (2008), una combinación de análisis de contenido y entrevistas aportaría dos perspectivas
diferentes del mismo fenómeno. Por lo que respecta a la audiencia, se podría
indagar sobre sus patrones de consumo de este tipo de información y su opinión
acerca de la calidad de la misma. Por último, bajo una perspectiva desde la
Economía Política de la Comunicación, convendría indagar las relaciones entre
las televisoras, los dueños de los derechos de transmisión de los partidos y
los anunciantes, entre otros actores que intervienen en el mundo del
futbol.
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[1] Por
cuestiones de espacio, no es posible ampliar más este punto. Sin embargo, se
recomienda remitirse a las siguientes fuentes: Para el caso de Estados Unidos
(Buffington, 2012), Argentina (Alabarces, 2004), España (López, Guerrero &
Haynes, 2012), Chile (Araya, Bravo & Corrales, 2000), Brasil (Goncalves,
Santoro & Lisboa, 2004; Soares, Helal & Santoro, 2004; Helal, 2014), e
Inglaterra (Vincent, Kian, Pedersen, Kuntz & Hill, 2010; Griggs &
Gibbons, 2012), por citar algunos.
[2] Para
complementar este tema, se recomienda remitirse al trabajo de Alonso &
Ávalos (2013), quienes hacen una amplia revisión de la literatura sobre este
aspecto, tanto a nivel internacional como nacional.
[3] Las
cabezas fueron clasificadas de la siguiente forma: Cita textual (por ejemplo: “Si hubiera tenido cuatro años, ya tendría
mi once”: Herrera, Récord 8 de
junio del 2014); cita indirecta (por ejemplo: [Héctor Moreno] Prefiere hablar en la cancha, Esto 23 de junio del 2014); informativa (por ejemplo: Designan árbitro turco para el México contra
Brasil, Récord 15 de junio del 2014); y editorializada (por ejemplo: Se rinden ante Paco Memo, Esto 19 de
junio del 2014).
[4] Los
adjetivos fueron clasificados de la siguiente forma: positivos (“buen
ambiente”, “vital encuentro”, “un logro sin precedentes”…) y negativos
(“pésimas decisiones técnicas”, “poco creativo”, “contradictorio por
momentos”…). Cabe señalar que los adjetivos que se contabilizaron fueron
únicamente los que escribió el reportero a título personal y no fueron
atribuidos – directa o indirectamente – a alguien más.